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El infectólogo sostuvo que el aislamiento social fue una medida acertada del Gobierno nacional que sirvió para frenar un contagio masivo y que ayudó a que no se dispare la cifra de fallecidos.
A su criterio, la extensión de la cuarentena es un asunto que se debe ir debatiendo semana a semana teniendo en cuenta los resultados que se obtienen diariamente. Aseveró que si las medidas se flexibilizan se corre el riesgo de que haya una explosión de casos, que, sin dudas, van a sobrepasar el sistema de salud. “Chile está bastante afectado, pero tiene una mortalidad baja. Brasil, un ambiente completamente distinto. Bolivia y Paraguay van casi en lo mismo, aún no se alcanzan los picos”, citó.
Igualmente, insistió en que se deben sostener las medidas de higiene y distanciamiento como un hábito permanente, porque la erradicación del virus llevará años.
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Asimismo, habló sobre los infectados que pueden volver a contraer la infección. En este punto indicó que aunque los casos son reducidos, existen aquellos que, habiéndose recuperado, pueden recaer, puesto que la magnitud y el alcance del virus es variable. Una minoría muy específica puede llegar a caer nuevamente con COVID-19, dependiendo de las defensas de cada persona", manifestó.
Reiteró que los adultos mayores y personas con enfermedades de base son las más propensas a contraer el virus y llegar a cuadros críticos. “El pulmón es el más afectado con el coronavirus; personas con problemas ya existentes serían casos más severos, incluidos fumadores", subrayó.
Más temprano, este jueves, el infectólogo Tomás Mateo Balmelli señaló que, a su parecer, el paro total de actividades para frenar la expansión del COVID-19 deberá aplicarse durante varios meses, de manera pausada, dependiendo de la curva de contagio. Según su percepción, cada cierto periodo de tiempo se deberán ir liberando varios rubros para que la economía no se vea muy afectada, pero luego habrá temporadas de alto contagio en las que necesariamente todos deberán volver a aislarse en sus casas.