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En medio de la incertidumbre y las numerosas preguntas que nos hacemos diariamente sobre cómo mantenernos sanos en medio de la pandemia por coronavirus, que en nuestro país ya se ha cobrado cinco vidas, resultan más que necesarias y fundamentales las recomendaciones que pueda brindarnos un profesional, para aportarnos algo de tranquilidad y practicidad ante el ya de por sí angustioso escenario que vivimos.
La doctora Belén Ramírez, especialista en medicina familiar y con experiencia en el manejo de epidemias, llegada recientemente a nuestro país para trabajar de la mano del Ministerio de Salud en esta crisis sanitaria, brindó a ABC algunos consejos prácticos y vitales para mantenernos sanos y evitar la propagación del coronavirus mientras dure el periodo de cuarentena.
Cada quien con lo suyo
Para la médica, un primer paso importante de prevención en el hogar es que cada miembro de la familia cuente con sus propios utensilios para consumir los alimentos. Este hábito, según la especialista, se debe adquirir aunque en la casa estén todos sanos, pues ayuda significativamente en el caso de que, eventualmente, se dé un contagio en alguno de los miembros. Así, se descartará la duda de si se pudo o no haber propagado el virus a otro miembro de la familia.
La especialista, que forma parte de la organización Médicos sin Fronteras y vive en California, Estados Unidos, habló también de la importancia de saber cómo vestirse y desvestirse según el nivel de exposición que uno tenga al salir de casa. Si lo que la gente quiere es estar extremadamente segura de no introducir ningún virus al hogar al regresar del supermercado o de algún sitio al que haya tenido que acudir por necesidad extrema, es ideal establecer un protocolo en el cual se disponga de un cesto afuera de la casa (en la entrada exterior) para dejar la ropa con la que se llegó de la calle. Inmediatamente debe estar al alcance una toalla limpia y zapatillas, de manera a que la persona ingrese ya sin atuendos contaminados y pase directamente al darse un baño.
La médica aclara que este proceso es seguido fundamentalmente por el personal de salud, que sí lo necesita por precaución ante el nivel de exposición en el que trabaja. Pero para el caso de las personas que ejercen otros oficios, no es estrictamente necesario, aunque sí se puede hacer, si la persona quiere estar extremadamente segura de su higiene.
Si un miembro de la familia cae contagiado por el coronavirus y no es un caso de gravedad, lo más probable es que el aislamiento se realice en el hogar. En estos casos, la situación es delicada, pero existen ciertas prácticas de bioseguridad, que se pueden -y deben– seguir, que nos brindarán seguridad para habitar bajo el mismo techo del familiar positivo de COVID-19 sin propagar el virus a nadie dentro de la casa.
Cuidado del paciente positivo
En primer lugar, el paciente debe disponer de su propia habitación y su propio baño y debe estar aislado, sin contacto con nadie más.
El paciente debe tener su mascarilla puesta en todo momento y la persona que se encarga de administrarle los alimentos debe hacerlo igualmente con mascarilla y desde una distancia importante, que en este caso sería abrir la puerta, dejar los alimentos y retirarse de inmediato.
Otra recomendación importante tiene que ver con la forma correcta de desechar los tapabocas utilizados por un paciente con COVID-19.
El material sanitario utilizado debe ser desechado recién luego de cubrirlo con tres capas de polietileno; es decir, se le deben poner tres bolsas antes de llevarlo para la recolección de basura. Inclusive, puede tomarse el tiempo de escribir la frase “no tocar”, en el plástico, solo a modo preventivo, para cuidar la exposición al virus de los recolectores de la Municipalidad.
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Ramírez es médica recibida en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Hizo su residencia en medicina familiar en el Centro Médico Bautista y trabajó dos años en el Hospital de Loma Plata, Chaco.
Estando en Loma Plata, Belén se postuló a Médicos sin Fronteras (organización médica y humanitaria internacional), con la que trabaja desde 2010. Está casada con un norteamericano y vive en California, Estados Unidos, desde 2012.
Algunos de los territorios en donde ha trabajado durante estos 10 años son: Sudán del Sur, Yemen, Colombia, República Centro Africana, Congo, Tchad, Nigeria, Camerún, México y Guatemala.