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El religioso visitó el Centro de Investigación y Validación de Tecnología Campesina, Finca Pytu Piro’y Antonio Guasch. La granja es una obra social de los jesuitas, situada sobre la ruta PY01 Mariscal López, en el kilómetro 230,5 en el distrito de San Ignacio.
En la oportunidad, el superior general, padre Arturo Sosa escuchó la situación social de los campesinos a cargo de Anacleto Quiñónez, y la joven Andrea Torales describió la realidad de los jóvenes rurales.
Estuvo presente el provincial de los jesuitas en el Paraguay, padre Ireneo Valdez (S. J) y el director de la Finca de Investigación padre Milciades González (S. J). También participaron del encuentro estudiantes del colegio San Vicente de Paúl y del Centro de Educación Agroecológico San Isidro Labrador (CEASIL).
Al hacer uso de palabra, el padre Arturo Sosa señaló que Misiones tiene un significado muy especial para la Compañía de Jesús, porque no es cualquier misión, sino un modelo de sociedad que no se hizo en todas partes y que fue riesgoso.
Según el padre Sosa aquí comenzó también el proceso de supresión de la Compañía de Jesús porque no se soportaba una misión que pusiera en el centro al indígena, al campesino, al joven y a la mujer en condiciones de justicia.
Exhortó a construir desde abajo ciudadanía a fin de luchar para lograr atención de parte del Estado en beneficio de los campesinos, de las mujeres y de los niños.
“La vida campesina no es tomada en su veredero valor, porque el campesino trabaja no solo para comer sino para vivir”, dijo el padre Sosa.
En su recorrido por la finca, el superior general se interesó por la producción agrícola y hortigranjera. La explicación estuvo a cargo de Damin Giménez, colaborador de Cepag. Tras recorrer la finca el padre Sosa se trasladó en el Museo Diocesano de San Ignacio Guasu, donde observó y valoró las obras barrocas hispano guaraní.