Con su nariz electrónica, este animal artificial desarrollado por la empresa japonesa Next Technology reacciona de manera diferente en función de olor de los pies.
Los japoneses son sumamente sensibles a los olores, pero, contrariamente a los occidentales, utilizan poco desodorante y perfume. Además, en Japón la gente se saca los zapatos con frecuencia: en cuanto vuelven a su hogar, en casas de amigos, en muchos restaurantes y a veces hasta en el lugar de trabajo.
Que a uno le huelan los pies es, por tanto, molesto.
El perro “Hana-chan”, de unos 15 cm de largo, se pronuncia adoptando posturas diferentes: se agacha muy contento si los pies huelen bien y llega incluso a desmayarse si el hedor es insoportable.
La misma empresa había desarrollado una versión anterior, pero la que saldrá a la venta próximamente será capaz de pulverizar desodorante. Para hacerse con los servicios de este perro robot habrá que desembolsar más de 1.000 euros (1.200 dólares).