“La gente compra el anillo no sólo porque lleve la cara de Putin, sino porque lo asocia con la fuerza y la recuperación del orgullo nacional”, dijo a Efe Gleb Krainik, autor de la idea. El anillo de plata, que cuesta 7.500 rublos (poco más de 100 euros al cambio actual) y apenas pesa 10 gramos, muestra a un Putin petrificado y desafiante, con la mirada fija y el semblante serio.
Los 50 primeros anillos se vendieron en los dos primeros días, mientras el resto ya han sido adquiridos en la página putinversteher.ru por compradores de todo el mundo, incluso de países tan lejanos como Estados Unidos y Argentina. A la vista del aluvión de pedidos, la primera edición limitada de cien anillos ha sido del todo insuficiente, por lo que Krainik se plantea lanzar otra nueva partida tras el Año Nuevo.
“No me esperaba un interés tan grande. Aún seguimos recibiendo llamadas y correos de gente de todas las edades y profesiones. Nos ha pillado desprevenidos, ya que no nos lo habíamos planteado como un negocio. Yo sólo quería hacer regalos a los amigos”, confesó. Krainik, antiguo miembro de las juventudes del Kremlin, Nashi (Los Nuestros), según la prensa, reconoce que decidió lanzar la campaña animado por “ la corriente patriótica que recorre Rusia” desde la anexión en marzo de la península de Crimea.
“Rusia se ha convertido este año en un país atractivo para todo el mundo, no sólo para los rusos”, apunta ufano el joven, quien decidió grabar en el anillo la frase en alemán “Putinversteher”, que significaría “Gente que entiende a Putin”. En apenas tres meses, animado por la guerra informativa lanzada contra Rusia por su papel en el conflicto del este de Ucrania, Krainik lanzó el producto con ayuda de un diseñador de joyas.
Con vistas al futuro, putinversteher.ru deja la puerta abierta a futuros diseños de relojes, brazaletes, bolígrafos y hasta pendientes con la imagen de Putin, en el poder desde 1999. En relación con las críticas sobre el riesgo a caer en un excesivo culto a la personalidad del líder ruso, como ocurriera con los jerarcas soviéticos, responde que “Putin es una persona muy modesta”.
“El patriotismo es bueno, cuando es sano y equilibrado. Mi esposa, mi madre y todos mis amigos lo llevan, y nadie nos ha criticado por ello”, apuntó. Coincidiendo con el estreno de la tercera parte de la saga “Hobbit”, “The Battle of the Five Armies”, algunos internautas rusos ya han descrito el anillo de Putin como “el anillo omnipotente” en clara alusión al personaje de Saurón, que representa al mal.
La actual corriente patriótica ha sido impulsada por el propio Putin con sus constantes arengas al amor a la patria y sobre que Rusia nunca abandona a sus compatriotas en alusión a los crimeos, en su mayoría de origen ruso, y a los rusohablantes en Ucrania. Putin incluso llegó a tachar de “traidores” a aquellos políticos opositores y defensores de los derechos humanos que se niegan a defender los intereses nacionales en Ucrania.
En agosto se lanzó la primera línea de camisetas patrióticas en el mismísimo centro comercial GUM (Plaza Roja) para conmemorar las recientes “victorias” rusas, como la reunificación con Crimea o los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, donde los deportistas rusos encabezaron el medallero.
Las camisetas incluyen la imagen de Putin con gorra y uniforme de la Armada rusa, con traje y corbata en el Kremlin, con gafas de sol e incluso a caballo durante una de sus aventuras siberianas.Al acto de promoción fue invitado el actor estadounidense Mickey Rourke, quien no dudó en mostrar su torso desnudo lleno de tatuajes para ponerse la camiseta en pleno centro comercial.
Seguidamente, como inofensiva respuesta a las sanciones occidentales, el Ayuntamiento de Moscú ideó el reparto gratuito de 30.000 camisetas patrióticas a cambio de entregar las viejas abordo de autobuses itinerantes.
Otros famosos que no han dudado en alabar públicamente a Putin son el actor Gerard Depardieu, al que el Kremlin le concedió la ciudadanía rusa; el actor Steven Seagal, que ofreció un concierto en Crimea; y el baloncestista norteamericano Dennis Rodman, que calificó esta semana al jefe del Kremlin de “tipo genial”.
Según una reciente encuesta del Centro Levada, pese a que la economía entrará en recesión el próximo año, según el Ministerio de Economía, un 58 por ciento de los rusos quieren que Putin gobierne hasta 2024.