Ello le ocasionó tal borrachera que al final se le impidió tomar el vuelo, informa el diario Beijing Times.
La mujer, apellidada Zhao, portaba una botella de coñac francés Rémy Martin de 200 dólares en su equipaje de mano, por lo que al llegar al control de seguridad, y siguiendo los procedimientos habituales en la mayoría de los aeropuertos de todo el mundo, se le informó de que no podía pasar con ella a la zona de embarque y debía dejarla allí.
Zhao, de unos 40 años, optó por no desprenderse de su cara adquisición -al parecer la había comprado en un aeropuerto de EE.UU.- y se la bebió allí mismo, por lo que minutos después el personal del aeropuerto la encontró tirada en el suelo, llorando y gritando. “Estaba tan bebida que no podía mantenerse en pie, así que la llevamos en silla de ruedas a un cuarto para que descansara”, relató uno de los policías que atendieron a la mujer en el suceso, ocurrido el pasado viernes 21.
Ante esa tesitura, el capitán del avión en el que debía viajar Zhao, y que cubría la ruta entre Pekín y la ciudad suroriental de Wenzhou, se negó a que ella embarcara por temor a que pudiera afectar a la seguridad del resto de los pasajeros. La mujer despertó de su cogorza horas después, agradeció a los policías que hubieran cuidado de ella y se contactó con algunos de sus familiares, que la llevaron a casa.