Los pingüinos, que llevaban tres semanas muertos, fueron encontrados esta semana por los investigadores del Centro de Investigaciones de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) donde les hicieron estudios y determinaron que las mordeduras eran de perros.
Así lo explicó hoy a Efe uno de los profesores e investigadores del centro, Esteban Frere, quien detalló que debido a este ataque de perros, la población reproductora de pingüinos ha disminuido un 20 por ciento, ya que la colonia ya había puesto sus huevos durante octubre.
La Isla de Quiroga es una de las trece colonias que gestiona el centro de investigación que estaba formada por unas 2.000 parejas de pingüinos antes del incidente, de la que ahora quedan unas 1.500.
El profesor aseguró que el centro de investigación, junto con las autoridades, siguen vigilando la zona para que “no vuelva a ocurrir ”.
“Es un hecho nuevo, que no hemos visto en más de cinco años trabajando. Es un fenómeno extraordinario, pero nuestra preocupación es que los perros hayan aprendido a nada y pueda repetirlo”, explicó Frere.