El atrevido equilibrista de 34 años, que el año pasado estableció un récord al caminar sobre las cataratas del Niágara sobre una cuerda, estará armado de varias cámaras y micrófonos con el fin de transmitir en vivo, en todo el mundo, su desafío a la muerte.
Pero, a diferencia de su caminata sobre las cataratas del Niágara, Wallenda no usará un arnés de seguridad durante su acrobacia en el imponente cañón desértico del suroeste de Estados Unidos, que se espera le tome 25 minutos bajo una temperatura de casi 40 grados Celsius.
“Confío en mi habilidad. Pero uno tiene que ser particularmente cuidadoso en el aspecto mental. Un acontecimiento mundial como éste es muy desafiante, eso verdaderamente influencia mi estado mental”, dijo a la AFP.
Wallenda, miembro de séptima generación de la familia circense de aventureros Flying Wallendas, dijo que cuando dé su primer paso en tierra firme su primer pensamiento será para su bisabuelo Karl Wallenda, quien murió en 1978 al caer de una cuerda floja.
En internet se puede hallar con facilidad el video de aquella caída fatal en Puerto Rico. Para Nik Wallenda, el accidente de su antecesor le permite asimilar los riesgos de su profesión, pero además es un recordatorio de la necesidad de retirarse a una edad temprana: su bisabuelo falleció a los 73.
“Él había dicho públicamente que quería irse de esa manera”, dijo Wallenda. “Pero yo no quiero irme así. Quiero morir en una cama con mi esposa a mi lado, muy viejo, con más de 100 años. Ese es mi sueño”.
“No quiero morir durante un acto”, agregó.
En la acrobacia del año pasado, Wallenda enfrentó fuertes vientos y la copiosa rociada que le llegaba desde las cataratas del Niágara, las más grandes de América del Norte, mientras caminaba suspendido sobre un cable a 60 metros de altura.
Esta caminata le mereció su séptimo récord mundial. Entre los anteriores, se incluye un recorrido en bicicleta, el más alto y largo realizado hasta entonces sobre un cable, que fue transmitido en vivo en 2008.
El domingo, Wallenda dará un paso adelante al desafiar una cuerda de 5 cm de grosor desde una altura seis veces mayor.
El acróbata ha estado planeando cruzar el Gran Cañón desde hace cuatro años, partiendo desde una localidad remota en el extremo este de la mítica garganta geológica de Arizona (suroeste).
Comenzó su entrenamiento final en Florida (sureste) hace varias semanas, durante las cuales caminó a lo largo de una cuerda de 300 metros de largo y rodeado de máquinas de viento que simulaban ráfagas de hasta 80 km por hora.
La caminata de 365 metros podría ser postergada en el caso -improbable- de que los vientos superen los 70 km/h o si hay riesgo de relámpagos. Si esto ocurriera, lo intentará de nuevo al día siguiente, aclaró.
La transmisión en vivo, en el canal Discovery, tendrá un retraso de 7 a 10 segundos.
Wallenda, quien afirma haberse entrenado para lo peor, dijo que, a diferencia de su bisabuelo que intentó en vano agarrarse de la cuerda con sus manos al caer, él será capaz de abrazarse a ella si es necesario.
“Rodearé la cuerda con piernas y manos, la voy a abrazar como un abrazo de oso hasta que llegue la ayuda. Los equipos de rescate podrán arribar en un minuto”, señaló. Esta ayuda llegará en unos tranvías de rescate, que colgarán bajo el cable y que podrán rodar en segundos hacia donde esté Wallenda.
“A la televisión le encantará que eso suceda, porque eso lo convierte en un buen show”, dijo. “Pero no tengo la intención de terminar así, eso seguro”.
La caminata comenzará a las 17:00 locales del domingo (19:00 en Paraguay) y será transmitida en vivo en 219 países.