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Tina Hölscher, de la organización alemana Aktion Tier (Acción Animal), aconseja darles tripa cruda de vaca u oveja porque puede ser que le estén faltando los microorganismos que antiguamente conseguían de los intestinos de las presas que comían.
La comida actual de los perros es demasiado estéril, indica Hölscher. Y encuentran las bacterias que necesitan en los excrementos de otros mamíferos.
Si esas bacterias se les administran a través de su comida diaria, disminuirá su disposición a comer excrementos de otros animales.
Un consejo para ampliar el espectro de los microorganismos que toman es darles también yogur natural, añade Hölscher.
No obstante, no existe una única explicación sobre la coprofagia. Los estudios muestran que son sobre todo las hembras las que comen excrementos.