Cómo proteger a tu perro durante la temporada de polen: señales de alerta y mejores prácticas

Con la primavera en el horizonte, los paseos al aire libre se convierten en un placer, pero los perros pueden enfrentar la amenaza oculta del polen. Reconocer las señales de alergia se vuelve esencial para garantizar su bienestar durante esta temporada.

Perro Bulldog francés.
Perro Bulldog francés.Shutterstock

Con la llegada de la primavera, los parques se llenan de flores, los días se alargan y las calles invitan a caminar. Para los perros y sus tutores, es una época ideal para retomar rutinas al aire libre.

Pero junto a los beneficios, la temporada de polen trae desafíos: pico de alérgenos en el ambiente, aumento de irritaciones cutáneas y oculares y, en algunos casos, reacciones alérgicas que pueden afectar el bienestar de las mascotas.

Señales de alerta: cuándo el polen afecta a tu perro

Las alergias estacionales en perros suelen manifestarse distinto que en humanos.

Chow chow.
Chow chow en un campo de flores.

En lugar de estornudos y congestión predominantes, los signos más comunes son dermatológicos y oculares:

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  • Picazón persistente, lamido de patas y rascado en orejas, axilas o abdomen.
  • Enrojecimiento de piel, otitis recurrente o mal olor en el pelaje.
  • Ojos llorosos o enrojecidos y estornudos ocasionales.
  • Lesiones por rascado o “hot spots” cuando la piel se inflama y se infecta.

Si estas señales persisten o empeoran, es recomendable consultar con un veterinario. Un manejo precoz reduce el riesgo de complicaciones como infecciones secundarias y mejora la calidad de vida del animal.

Elegir el momento y el lugar: el mapa del polen urbano

La concentración de polen varía según hora, clima y tipo de vegetación.

Olfato de los perros, imagen ilustrativa.
Olfato de los perros, imagen ilustrativa.

En días soleados y ventosos, los niveles se elevan; después de la lluvia tienden a bajar, al menos de forma temporal. Para mitigar la exposición:

  • Paseos temprano por la mañana o al atardecer, evitando las horas de mayor viento.
  • Alternar rutas: zonas con césped alto, arboledas específicas (como plátanos de sombra) o malezas en floración pueden disparar síntomas en perros sensibles.
  • En ciudades, las avenidas muy transitadas pueden mezclar polen con partículas contaminantes, lo que potencia la irritación de vías respiratorias y piel. Parques con riego regular y senderos pavimentados suelen ofrecer mejor control de polvo y alérgenos.

Higiene pospaseo: pequeñas rutinas, gran diferencia

La vuelta a casa es clave para reducir la carga de alérgenos que el perro trae en el pelaje:

  • Limpiá patas, vientre y hocico con toallitas hipoalergénicas o paños húmedos. Esas zonas acumulan polen con facilidad.
  • Cepillá el pelaje para retirar partículas sueltas; en razas de pelo largo, desenredar ayuda a evitar irritación y humedad atrapada.
  • Los baños con champús suaves y específicos para piel sensible, según la indicación del veterinario, pueden espaciarse cada una o dos semanas en temporada alta. Un enjuague cuidadoso es tan importante como el producto.

Ventilar el hogar sin crear corrientes que arrastren polen, y lavar con frecuencia camas y mantas del perro, también ayuda a contener la exposición.

Collares, arneses y cuidados de la piel

Los contactos repetidos en cuello, axilas y pecho —donde rozan collares o arneses— pueden exacerbar la irritación si la piel ya está inflamada.

Ajustar correctamente el arnés, alternar puntos de apoyo y revisar a diario enrojecimientos o pérdida de pelo permite intervenir a tiempo.

Para patas y almohadillas, una revisión rápida tras el paseo detecta espigas, pequeñas heridas o signos de dermatitis por contacto.

Medicación y control veterinario: no improvisar

Aunque algunos perros responden bien a medidas ambientales, otros requieren tratamiento médico.

Los veterinarios pueden considerar antihistamínicos, ácidos grasos omega-3, champús medicados, corticoides de uso puntual o terapias inmunomoduladoras, según el cuadro y la historia clínica. La automedicación con fármacos humanos no es segura: dosis y moléculas varían, y ciertos compuestos resultan tóxicos para los canes.

En casos de alergias persistentes, las pruebas intradérmicas o serológicas ayudan a identificar alérgenos y orientar inmunoterapia específica, una opción que, bajo supervisión, puede reducir la dependencia de medicamentos a largo plazo.

Disfrutar la primavera con seguridad

La mayoría de los perros puede disfrutar de la primavera con ajustes simples: elegir horarios, limpiar tras el paseo y estar atentos a señales de molestia.

Ante dudas o síntomas persistentes, la guía de un profesional marca la diferencia. Con prevención y observación, los paseos primaverales pueden seguir siendo el momento favorito del día, incluso en plena temporada de polen.

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