Morder cables o plantas: un desafío común en la convivencia con gatos
Vivir con un gato implica entender y acompañar sus comportamientos naturales, incluso aquellos que pueden ponerlo en riesgo, como morder cables eléctricos o plantas de interiores.
Este hábito, lejos de ser una simple travesura, puede tener raíces profundas en la curiosidad, el aburrimiento o hasta el estrés.

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Para muchas familias, aprender a gestionar esta conducta es clave para garantizar el bienestar del animal y la seguridad del hogar.
Las razones detrás del comportamiento
Es habitual que los gatos, especialmente los cachorros, usen su boca para explorar el entorno. Morder cables puede estar relacionado con el instinto de juego, la tentación de texturas nuevas o incluso la falta de estímulos adecuados.
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Además, factores como la ansiedad por separación, el entorno poco enriquecido o una dieta deficiente pueden potenciar este tipo de conductas.
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En el caso de las plantas, hay un doble riesgo: muchos felinos sienten curiosidad por las hojas, pero algunas especies domésticas resultan tóxicas para ellos.
Expertos en comportamiento felino, como la veterinaria argentina Andrea Fascetto, explican que ese interés por masticar vegetales responde al instinto de purga digestiva, la búsqueda de fibra o, simplemente, a la necesidad de variar la sensación en la boca.
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Cómo prevenir sin recurrir al castigo

El castigo físico o verbal no solo es ineficaz, sino que debilita el vínculo con tu gato y puede aumentar su ansiedad. En cambio, existen estrategias positivas y seguras:
- Enriquecé el ambiente: proveé juguetes interactivos, túneles, rascadores y pelotas para canalizar su energía y curiosidad.
- Protegé los cables: cubrí los cables eléctricos con fundas protectoras, cintas amargas que sean aptas para animales o escondelos detrás de muebles.
- Optá por plantas seguras: retirá especies tóxicas como el lirio, filodendro o potus, y ofrecé alternativas inofensivas como la hierba gatera o el césped de trigo, que pueden satisfacer su necesidad de masticar.
- Atendé su alimentación: consultá con un veterinario si notás una fijación excesiva por plantas, ya que podría indicar déficit de fibra o problemas digestivos.
- Compartí tiempo de juego: dedicá minutos diarios a interactuar directamente con tu gato, reforzando los comportamientos adecuados con caricias y premios.