Los síntomas que inquietan a los tutores
Perros que no pueden permanecer quietos, gatos que saltan de un lado a otro sin razón aparente, mascotas incapaces de obedecer o de concentrarse en actividades simples.
Este tipo de comportamientos suelen ser motivo de consulta al veterinario y muchos tutores buscan respuestas —y, en ocasiones, un diagnóstico— que explique la conducta hiperactiva de sus animales.
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Algunos tutores notan en sus mascotas comportamientos como dificultad para concentrarse, problemas para seguir rutinas de entrenamiento o una energía inagotable. Sin embargo, estos signos pueden deberse tanto a la personalidad del animal como a factores del entorno o falta de estimulación adecuada.
¿TDAH animal? La ciencia detrás del debate
A diferencia de la medicina humana, el TDAH no está reconocido oficialmente como un diagnóstico en animales en los principales manuales veterinarios, como el DSM-5 o el ICD-11.
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No obstante, existen investigaciones que sugieren la existencia de trastornos similares en perros, aunque con muchas salvedades.

Un estudio finlandés publicado en 2020 en la revista Translational Psychiatry analizó a más de 11.000 perros y encontró comportamientos equivalentes a la hiperactividad, impulsividad y déficit de atención, coincidentemente más comunes en algunas razas.
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Sin embargo, los investigadores aclaran que hablar de “TDAH canino” puede ser simplista y riesgoso, ya que los esquemas de diagnóstico aún son bastante diferentes y en construcción.
Según especialistas en conducta animal, aún es apresurado hablar de TDAH en mascotas. La hiperactividad o la falta de atención pueden tener múltiples causas, como falta de ejercicio, escasa socialización, antecedentes traumáticos o incluso ciertas enfermedades físicas.
Diagnóstico: ¿realidad o moda peligrosa?
El aumento de diagnósticos humanos aplicados a mascotas genera preocupación entre especialistas en comportamiento animal.
Advierten sobre una tendencia a la humanización, que lleva a atribuir trastornos psiquiátricos sin un respaldo científico sólido en el campo veterinario.

Esto puede llevar a un tratamiento inadecuado, incluso con medicamentos cuya seguridad y eficacia en animales no siempre está garantizada.
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Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), ante conductas que sugieran hiperactividad o déficit de atención, lo recomendable es realizar una evaluación exhaustiva que incluya análisis físico, revisión del entorno, rutinas de ejercicio y estimulación mental, antes de pensar en etiquetas diagnósticas.
Alternativas y recomendaciones
En vez de buscar un diagnóstico rápido, la mayoría de expertos recomienda intervenir sobre el entorno:
- Aumentar el ejercicio físico y mental: perritos y gatos requieren estimulación y juegos acordes a su especie y edad.
- Enriquecimiento ambiental: rascadores, juguetes interactivos, paseos variados y búsqueda de recompensas.
- Entrenamiento positivo: reforzá comportamientos deseados a través de recompensas y rutinas.
- Consultar con un etólogo: ante problemas persistentes, un profesional en comportamiento animal puede guiar el manejo.
El debate continúa
Si bien existen avances en la comprensión de los problemas de conducta en los animales domésticos, el TDAH como diagnóstico veterinario sigue estando lejos de ser reconocido universalmente.
Por el momento, la hiperactividad y los déficits de atención en mascotas deben ser interpretados con cautela y de manera profesional, descartando primero causas ambientales, físicas y emocionales.
El bienestar animal, antes que un diagnóstico apresurado, debe seguir siendo la prioridad en la convivencia entre humanos y sus compañeros de cuatro patas.