Malamute de Alaska vs Husky Siberiano: diferencias clave que debés conocer

Aunque comparten raíces árticas y un aspecto imponente, el Husky Siberiano y el Malamute de Alaska tienen temperamentos, energías y funciones muy distintas. Descubrí cuál se adapta mejor a tu estilo de vida y qué los hace únicos.

Alaskan Malamute y Husky Siberiano.
Alaskan Malamute y Husky Siberiano.Shutterstock

El Husky Siberiano proviene de la región Chukotka, en Siberia, donde fue criado por los pueblos chukchi para arrastrar trineos a gran velocidad sobre largas distancias. Su resistencia excepcional y su agilidad lo convirtieron en el compañero ideal para travesías prolongadas en la tundra.

Husky Siberiano.
Husky Siberiano.

Por otro lado, el Malamute de Alaska tiene sus raíces en el pueblo inuit Mahlemiut, al oeste de Alaska. Este perro fue desarrollado para arrastrar cargas pesadas a distancias más cortas, demostrando una fuerza física impresionante y una capacidad inigualable como animal de trabajo.

Malamute.
Malamute.

Apariencia física: fuerza vs. elegancia

A primera vista, Husky y Malamute pueden parecer gemelos árticos, pero existen diferencias notables:

  • Tamaño: el Malamute suele ser más grande y robusto, alcanzando hasta 43 kilogramos, mientras que el Husky es más ligero y estilizado, rondando los 23 kilogramos en promedio.
Malamute.
Malamute.
  • Pelaje y colores: ambos tienen pelaje denso y doble capa, pero el Husky suele exhibir una variedad más amplia de colores y patrones, incluyendo el famoso “máscara” facial. Los Malamutes presentan colores predominantemente gris, negro, sable y rojo, generalmente con marcas blancas.
Husky Siberiano.
Husky Siberiano.
  • Ojos: el Husky es conocido por sus impresionantes ojos azules, aunque también pueden ser marrones o incluso tener heterocromía. Los ojos del Malamute, en cambio, son marrones, lo que le da una mirada más dulce y profunda.

Temperamento: independencia y sociabilidad

A pesar de su pasado como perros de trineo, el Husky Siberiano y el Malamute de Alaska difieren sustancialmente en carácter.

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  • Husky Siberiano: es un perro extremadamente activo, independiente y curioso. Su instinto explorador lo lleva a veces a intentar escapar, por lo que requiere espacios seguros y supervisión. Aunque son amigables con las personas, suelen tener un carácter obstinado y no están orientados a complacer, lo que puede dificultar el adiestramiento.
Husky Siberiano.
Husky Siberiano.
  • Malamute de Alaska: de temperamento afectuoso, protector y algo más dócil que el Husky, el Malamute se apega mucho a su familia humana. Su carácter es más tranquilo, aunque puede ser dominante con otros perros. Necesita un líder firme y entendido en comportamiento canino.
Malamute.
Malamute.

Cuidados y compatibilidad

Ambas razas requieren altos niveles de actividad física y mucho espacio; se desaconseja su vida en departamentos. Necesitan cepillados frecuentes para mantener su pelaje y evitar acumulación de pelo muerto, especialmente durante la muda.

Husky Siberiano.
Husky Siberiano.

En cuanto a la convivencia, el Husky, con su espíritu jovial y juguetón, puede adaptarse mejor a familias activas con niños, siempre que reciba suficiente estimulación mental y física.

El Malamute es ideal para quienes buscan un compañero leal y fuerte, dispuesto a ser parte integral del hogar.

Malamute.
Malamute.

¿Y los aullidos?

El Husky es, sin duda, el más ruidoso de los dos. Esta raza es famosa por su tendencia a aullar, gemir, “hablar” y emitir una gran variedad de sonidos.

Más que ladrar, el Husky se comunica con una expresividad sonora que sorprende incluso a quienes ya están familiarizados con razas nórdicas. Muchos ejemplares responden a sirenas, música o incluso a la voz humana con aullidos largos y sostenidos, una herencia de su pasado como perro de trineo en manada, donde la vocalización era una herramienta esencial de comunicación.

En cambio, el Alaskan Malamute es mucho más silencioso. Aunque también puede aullar, lo hace con mucha menos frecuencia y generalmente en situaciones puntuales.

Es un perro más reservado, con una personalidad más tranquila e independiente. Criado para arrastrar cargas pesadas a largas distancias, el Malamute desarrolló un temperamento más sereno, que se traduce también en un comportamiento vocal más discreto.

Así, mientras el Husky puede llenar una casa de sonidos casi teatrales, el Malamute tiende al silencio, convirtiéndose en una opción preferible para quienes buscan un compañero menos expresivo —al menos en lo sonoro.

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