Señales de alerta
1. Cambios repentinos en el comportamiento. Cuando un gato que siempre ha usado la caja de arena deja de hacerlo, esto merece atención. Es especialmente importante si el cambio se da de forma brusca: un rechazo repentino puede indicar problemas de salud o estrés.
2. Eliminación en lugares inusuales. Prestá atención a si tu gato orina o defeca fuera de la caja, sobre todo en sitios como alfombras, ropa, muebles o incluso en la cama. Estos lugares suelen estar impregnados de tu olor, lo que puede indicar una necesidad de seguridad o de llamar tu atención.
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3. Esfuerzo o dolor al orinar. Si notás que tu gato acude repetidamente a la caja de arena pero apenas hace pis, o maúlla de forma lastimera al hacerlo, podría estar sufriendo una infección urinaria o cálculos. Estos problemas médicos requieren atención veterinaria inmediata.
4. Rascado excesivo o rechazo a entrar a la caja. Si el gato intenta cubrir los desechos de forma exagerada, pasa mucho tiempo rascando alrededor de la caja o evita entrar del todo, puede estar manifestando incomodidad con la caja, la arena o su ubicación.
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5. Cambios en la textura o cantidad de orina/ heces. La aparición de sangre, heces blandas o muy duras, o un cambio notable en el color u olor son motivos para consultar con el veterinario. También, si el gato deja “marcas” en vez de hacer toda la cantidad dentro de la caja, podría estar delimitando territorio debido a estrés.
Causas frecuentes que podemos solucionar
- Limpieza insuficiente: a los gatos no les gusta usar una caja sucia. Es recomendable limpiar la caja diariamente y cambiar la arena al menos una vez por semana.
- Tipo de arena inadecuado: algunos gatos son especialmente sensibles a olores o texturas. Experimenta con diferentes tipos de arena (aglomerante, de sílice, vegetal, etcétera) para encontrar la favorita de tu gato.
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- Caja demasiado pequeña o tapada: el tamaño y la accesibilidad de la caja también influyen. Asegurate de que tenga espacio suficiente para moverse.
- Ubicación poco adecuada: la caja no debe estar cerca de su comida ni en lugares muy transitados o ruidosos. Los gatos buscan privacidad y tranquilidad para hacer sus necesidades.
- Competencia con otros gatos: en hogares con varios felinos, lo ideal es una caja por gato, más una adicional.
No ignores estas señales
Ignorar los cambios en la conducta de tu gato puede agravar un problema de salud o emocional.
La consulta temprana con un veterinario es clave para descartar enfermedades como infecciones urinarias, cistitis, problemas renales o el síndrome urológico felino, todos altamente peligrosos si no se tratan a tiempo.
¿Qué hacer?
- Descartar causas médicas: ante cualquier cambio repentino, lo primero es visitar al veterinario.
- Revisar el entorno: observá si ha habido cambios recientes (mudanzas, nuevos animales, reformas en casa) que generen estrés en tu gato.
- Mejorar la higiene y el confort de la caja: hacé pequeños cambios y observa la conducta del gato.
- Consultá con etólogos felinos: los expertos en comportamiento animal pueden guiarte en la solución de problemas emocionales o conductuales.
El rechazo de la caja de arena nunca debe tomarse a la ligera. Es siempre una forma de comunicación: tu gato te está pidiendo ayuda. Con observación y una respuesta adecuada, puedes devolverle la tranquilidad y proteger su salud.