¿Por qué saltan los perros?
Saltar es, en muchos casos, una forma natural de saludo canino. Los cachorros, por ejemplo, saltan hacia el rostro y hocico de sus madres para recibir atención.
En el contexto doméstico, los perros buscan atención directa de sus humanos y han aprendido que saltar suele funcionar: reciben caricias, palabras o, aunque sea, una reacción.
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¿Cómo modificar esta conducta sin castigo?
- Ignorar el salto: la clave está en no reforzar la conducta. Si el perro salta, lo más efectivo es girar el cuerpo, evitar el contacto visual y no hablarle. Cuando el perro tenga las cuatro patas en el suelo, ahí sí debe recibir atención, caricias o un premio.
- Refuerzo positivo: recompensar siempre que el perro salude tranquilamente. Un “muy bien”, una golosina o una palmada premian el comportamiento adecuado y aumentan las probabilidades de que se repita.

- Entrenamiento de órdenes básicas: enseñar órdenes como “sentado” o “quieto” permite redirigir la energía del perro. Pedirle que se siente al llegar visitas y recompensarlo cuando obedezca es una excelente estrategia.
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- Involucrar a los invitados: es fundamental que los visitantes cooperen. Si el perro se les acerca y salta, deben ignorarlo hasta que esté tranquilo, y solo interactuar cuando mantenga la calma.
- Gestión del entorno: en casos extremos, puede ser útil utilizar barreras, como puertas para bebés, para evitar el acceso inicial y permitir que el perro se tranquilice antes de saludar.
Qué evitar
- Retar o empujar al perro: estas conductas pueden fortalecer el comportamiento (el perro recibe atención, aunque sea negativa).
- Acariciarlo o hablarle cuando salta: esto refuerza la conducta.

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Paciencia y consistencia, claves del éxito
Modificar el comportamiento de un perro requiere tiempo y coherencia. Todos los miembros del hogar deben aplicar las mismas normas para evitar confusiones.
Recordá que recurrir al castigo puede generar miedo, inseguridad y hasta problemas de agresividad, además de dañar el vínculo con el animal.
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Si la conducta persiste o se agrava, lo recomendable es consultar a un educador canino profesional que trabaje bajo métodos de adiestramiento positivo.
Educar a un perro para que salude de manera calmada es posible con paciencia, constancia y estrategias basadas en el respeto. Evitar el castigo y reforzar la conducta deseada es la mejor manera de lograr una convivencia armónica y fortalecer el lazo con tu mascota.