El gran afecto hacia los animales comenzó cinco años atrás con Togo, un can adoptado por el oficial segundo de la Dirección de Operaciones Tácticas Motorizada Carlos Miguel Ruiz y su esposa Evelin Vargas. Es Licenciado en Ciencias del Deporte y cursa el segundo año de Veterinaria en la UTCD.
“La verdad es que yo nunca antes había tenido un perro. Los respetaba mucho, pero tampoco nunca los maltraté. Sin embargo, cuando andamos por allí, a veces como que los perros callejeros se nos vuelven invisibles de tanto verlos”, comienza relatando el agente policial, quien en sus días libres se dedica de lleno a asistir a sus rescatados.
Cuando estos animales dejan de ser “invisibles” le cambian la vida a uno, y es lo que pasó con el rescatista que se ha vuelto viral en redes desde hace un tiempo.
“Es increíble cómo me cambió Togo y sobre todo el hecho de convivir luego con los perros rescatados; que te reciban con tanto cariño no tiene precio”, cuenta al destacar que estos animales se vuelven protagonistas en la vida de uno, le ablandan el corazón y le cambian la forma de ver y de pensar.
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“Cuando hace unos tres años vi el perro callejero abandonado en la vía pública, me acordé de Togo, mi perro y me dije: Mi perrito está en casa tranquilo y este animalito aquí está solo con el frío. Allí lo agarré y lo llevé, y ese fue el primer rescate que hice. Le puse de nombre Negrito”, recuerda.
El uniformado explica que en esta labor le inspiraron todas las mujeres valientes que realizan rescates: “Veo que el 99% de quienes rescatan animales son mujeres y, cuando empecé a seguir esas páginas y comencé a ayudar momentáneamente, así –como la gente ahora nos está apoyando– es como que me alentaron y motivaron a rescatar también”.
Refugio Los Pikilines
Actualmente están bajo protección de Carlos Ruiz 80 perros sacados de la calle y recuperados o en proceso. Se trata de treinta “ahijados” externos, por así decirlo, y 38 albergados en el refugio Los Pikilines, de Luque. Aparte, en la veterinaria se encuentran internados 22 canes. En lo que va de este año ya fueron asistidos 604 perros mediante castraciones y rescates. Sumados los 400 del año pasado totalizan 1.000 animales en un año y medio. “A todos les salvamos la vida, porque cuando vos castrás un animal, también estás salvando la vida”, afirma.
En medio de esta tarea de voluntariado a favor de los animales surgió el refugio, casi espontáneamente, cuando ya no tenían espacio donde llevar a los sacados de las calles.
“En principio había rescatado un perrito por mes, pero luego me quedé sin lugar para albergarlos. A los primeros, los llevaba a la casa de mis padres y en total ya son 10 los que están conmigo”, detalla. En ese ínterin conoció a doña Eugenia Mereles, quien le cedió un espacio en el fondo de su propiedad para instalar un refugio perruno. “El mantenimiento del refugio y los rescates sigue gracias a todos los padrinos. Nos ayudan algunas empresas que nos donan restos de comida y balanceado. Pero sería bueno que se sumen muchas más a esta causa”.
Querer es poder
Para Carlos Miguel Ruiz querer es poder. “Lo que yo hago no me afecta en mi horario laboral ni mi trabajo. En mis días libres voy a recorrer y ver perros atados. Rescates, refugios, ir a la veterinaria, hacer los videos y subirlo a las redes. Tengo una persona que me ayuda en mis días de guardia, se llama Sol Villasanti, es la CM que me ayuda con mis redes sociales. Ella también está detrás del teléfono para los pedidos que vienen. Pero todo está organizado con una empresa de taxis para animales y la doctora Dalia de Azuvet, que me ayudó con el primer rescate y quien trata a todos los pikilines. Se suman a nuestro grupo conformado con Sol y doña Eugenia”.
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El policía se siente plenamente retribuido por los canes por la oportunidad que se les ha dado devolviéndole un cariño que es impresionante. “Es algo inexplicable, porque ellos de un día de estar asustados, temerosos, de querer morderte porque no saben qué les vas a hacer de tantos maltratos recibidos... luego se sienten recuperados, seguros y te saltan, mueven la cola, demuestran inmenso cariño. No lo hacen con palabras, solo porque no hablan, pero sí con gestos y acciones. En verdad es fantástica la manera de ser de estos animales. Son demasiado agradecidos”.
Gestos que se multiplican
El voluntario menciona que afortunadamente ahora hay muchísimos rescatistas anónimos, gente de buen corazón que se preocupa de los animalitos abandonados. “Muchísima gente les da de comer a los perros callejeros y hace lo que puede desde donde está. Eso es lo importante para toda la sociedad. Tenés que ser valiente para parar, ayudarle a un animalito, pedir ayuda por él, alimentarlo”, sigue comentando.
Destaca que hacen falta más políticas públicas porque se trata de un problema al que el Estado también debe buscar alguna solución. Mientras, alienta a la sociedad a seguir ayudando en el rescate de los animalitos de las calles y, sobre todo, a la gente que sea consciente y no los abandone más.
Por ahora, cuenta que están sobrepasados con la cantidad de animales y la falta de espacio, por lo que piden que la gente siga en redes, visite el lugar para dar su apoyo y adoptar a un perrito salvado de la calle para darle un nuevo hogar y una nueva vida.
Pionera en rescate animal
Una verdadera pionera en nuestro país en el rescate de animales abandonados en las calles desde hace más de 40 años es Francesca Crosa, fundadora y presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas del Paraguay (Spapp).
“Estoy muy orgullosa de mi trabajo de rescatista. Es una honra para mí salvarle la vida a los animales de mi país, lo cual hago de todo corazón y agradezco a todas las personas que están haciendo esta tarea”, señala.
Recuerda que su madre, Yolanda Mastrazzi, y su padre, Federico Crosa Falcón, fueron quienes le inculcaron el amor y el respeto hacia los animales: “No me importa haber dejado atrás mi cómoda vida social, de mi época, para dedicarme totalmente a ellos, porque es una gran obra para la cual Dios me dio y sigue dando fuerzas”.
Su primer contacto solidario con los animales empezó en plena juventud, cuando participaba de la competencia para Miss Paraguay 1970-1971. “Fue una linda experiencia aunque yo falté a los desfiles de prueba porque en esa época ayudaba a los perros que eran llevados para el estudio de rabia en Sajonia”, dijo en una entrevista con ABC Revista en 2021.

Detalla que a aquellos animalitos no se los cuidaba muy bien y muchas veces les faltaban agua y alimentos. Ella incluso iba a limpiarles los platos y jaulas.
Francesca dejó atrás todo el confort de la sociedad asuncena y se dedicó de lleno al rescate en sus horas libres, incluso camino al trabajo o a cualquier otro compromiso, y muchas veces salvar a un animalito la lleva a cambiar de agenda y de planes.
En 2009 recibió la medalla al mérito Domingo Martínez de Irala y obtuvo la distinción de “ciudadana ilustre” de parte de la Municipalidad de Asunción. En 2019 fue galardonada con la Orden Nacional al Mérito “Comuneros”.
Actualmente, su lucha continúa contra la burocracia de las instituciones que ponen trabas a la sociedad protectora y contra la falta de conciencia y colaboración de mucha gente que sigue abandonando animales.
Más info:
@unpoliciarescata
(0981) 623 777 (para visitas y adopciones).