La artrosis no tiene cura, pero sí se puede controlar y aliviar sus molestias con cuidados específicos y atención veterinaria. Detectar los síntomas temprano, adaptar ciertas rutinas y brindarles un entorno seguro y amoroso son claves para que tu compañero disfrute de una vejez plena.
Recordá que acompañarlo es también una forma de devolverle todo el amor que te ha dado a lo largo de los años.
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¿Qué es la artrosis y cómo reconocerla?
La artrosis es una patología degenerativa que afecta principalmente a perros y gatos mayores.

Con el desgaste del cartílago, los huesos de la articulación comienzan a rozar entre sí, provocando dolor, inflamación y rigidez. Algunos signos que pueden alertarte son:
- Dificultad para levantarse o acostarse
- Cojera o rigidez al caminar
- Menor interés en jugar o salir a pasear
- Cambios en el comportamiento, como irritabilidad o reticencia al contacto
- Lamido frecuente de las articulaciones afectadas
Es recomendable que, ante cualquier señal, consultes a un veterinario para un diagnóstico preciso.
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¿Cómo podés ayudar a tu mascota?
El manejo de la artrosis es multidisciplinario y debe adaptarse a las necesidades específicas de cada animal. Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas:
1. Manejo del dolor. El veterinario puede recetar analgésicos y antiinflamatorios seguros para el uso prolongado. Es fundamental no automedicar a tu mascota, ya que algunos medicamentos humanos resultan tóxicos para ellos.
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2. Control del peso. El sobrepeso incrementa la presión sobre las articulaciones y agrava los síntomas. Una dieta equilibrada y ajustada a la etapa geriátrica, combinada con ejercicios suaves y regulares, ayudará a mantener a tu mascota en un peso saludable.

3. Ejercicio moderado. Aunque la movilidad pueda estar reducida, el ejercicio regular y controlado evita el debilitamiento muscular. Caminatas cortas, natación o juegos suaves son ideales para mantener la agilidad sin sobrecargar las articulaciones.
4. Adaptación del entorno. Pequeñas modificaciones pueden mejorar mucho la calidad de vida. Colocá camas ortopédicas, rampas para evitar escaleras, alfombras antideslizantes y asegurate de que la zona de descanso esté protegida del frío y la humedad.
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5. Suplementos y nutrición articular. Existen en el mercado suplementos como condroitina, glucosamina u omega 3, que pueden ayudar a proteger el cartílago y reducir la inflamación. Consultá siempre con el veterinario antes de incorporar cualquier suplemento.
6. Terapias complementarias. Fisioterapia, acupuntura o láser terapéutico son alternativas cada vez más empleadas para mejorar la movilidad y reducir el dolor. Estos tratamientos deben ser realizados por profesionales especializados en medicina veterinaria.
El acompañamiento emocional
No subestimes la importancia del afecto y la compañía. Tu presencia, caricias y juegos fortalecerán el vínculo y harán que tu mascota se sienta querida y protegida en esta etapa de su vida.