La gripe felina es una enfermedad respiratoria frecuente en los gatos, especialmente en gatitos, adultos mayores o animales inmunocomprometidos.
Aunque suele parecer un simple resfriado, puede generar complicaciones si no se trata de forma adecuada. Reconocer los síntomas a tiempo y actuar con rapidez es clave para asegurar una recuperación sin riesgos.
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¿Qué es la gripe felina?
Se trata de una infección respiratoria causada, en la mayoría de los casos, por dos virus: el Herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1) y el Calicivirus felino (FCV).

También pueden intervenir bacterias como Bordetella bronchiseptica y Chlamydophila felis, agravando el cuadro.
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¿Qué gatos corren más riesgo?

- Gatitos y gatos mayores: su sistema inmune es más débil.
- Animales en refugios o criaderos: la alta concentración favorece el contagio.
- Gatos con otras enfermedades: tienen menos defensas para enfrentar el virus.
Síntomas más comunes
- Estornudos constantes
- Secreción nasal y ocular (transparente o purulenta)
- Fiebre
- Pérdida del apetito
- Letargo o decaimiento
- Úlceras en boca o lengua (comunes en casos de calicivirus)
- Tos, ronquera o dificultad para respirar
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Diagnóstico veterinario y tratamiento
Ante los primeros signos, lo ideal es acudir al veterinario. Se pueden realizar exámenes específicos para identificar el virus o bacteria responsable y así indicar el tratamiento más adecuado.
No existe un antiviral específico para la gripe felina, pero sí medidas eficaces para ayudar al gato a recuperarse:
Atención profesional
- Medicación para aliviar los síntomas
- Antibióticos en caso de infecciones bacterianas secundarias
Cuidados caseros
- Hidratación: ofrecé agua fresca y comida húmeda
- Ambiente cálido y tranquilo: lejos de corrientes de aire
- Higiene diaria: limpiá ojos y nariz con un paño húmedo
- Aislamiento: evitá el contacto con otros gatos hasta que se recupere
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Cómo prevenir la gripe felina
- Vacunación: clave para reducir la gravedad o prevenir el contagio
- Higiene del entorno: limpieza regular del hogar, camas, comederos
- Controles veterinarios periódicos: para detectar cualquier problema a tiempo
La gripe felina no siempre es grave, pero sí requiere atención y cuidados desde los primeros síntomas. Con una buena observación, acompañamiento veterinario y prevención constante, podés ayudar a tu gato a recuperarse más rápido y mantenerlo sano frente a futuras infecciones.