La personalidad no es un rasgo único de los seres humanos; nuestras queridas mascotas también exhiben comportamientos y características individuales que las hacen únicas.
Esta afirmación no es solo anecdótica: estudios en comportamiento animal han confirmado que los animales domésticos poseen rasgos estables de personalidad que influyen en su forma de interactuar con el entorno.
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Un informe de la Universidad de Lincoln (Reino Unido) indica que los perros muestran cinco dimensiones de personalidad similares a las humanas: sociabilidad, reactividad emocional, capacidad de aprendizaje, perseverancia y agresividad. Estas características no solo definen su temperamento, sino que también influyen en su vínculo con los humanos y su entorno.
Perros: el reflejo de la compañía en múltiples formas

Aunque suelen definirse por su lealtad y sociabilidad, no todos los perros se comportan igual. La personalidad canina se manifiesta en matices que van desde lo activo a lo reservado.
- Tranquilos y serenos: ideales para hogares calmados o personas mayores. Prefieren rutinas previsibles y poca estimulación.
- Enérgicos y juguetones: disfrutan correr, jugar y aprender trucos. Se adaptan mejor a tutores activos y dinámicos.
- Tímidos o ansiosos: pueden mostrar miedo ante ruidos, extraños o cambios. Necesitan entornos estables y paciencia para ganar confianza.
Cómo identificarlo: observá su reacción ante personas nuevas, paseos, cambios en el entorno y momentos de juego. La consistencia en sus respuestas te dará pistas sobre su temperamento.
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Gatos: independencia no es sinónimo de indiferencia

Los gatos también tienen estilos de personalidad bien marcados, que muchas veces se expresan con sutileza.
- Sociables y afectuosos: buscan mimos, te siguen por la casa y duermen cerca.
- Independientes y reservados: prefieren observar desde lejos y eligen cuándo interactuar.
- Curiosos y exploradores: escalan, inspeccionan cada rincón y manipulan objetos nuevos.
Cómo identificarlo: prestá atención a cómo te reciben, cómo juegan, dónde duermen y cómo responden ante visitas o ruidos.
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Aves: expresividad, juego y lenguaje corporal

Periquitos, loros y otras aves domésticas no solo cantan: muchas desarrollan vínculos estrechos con sus cuidadores y tienen comportamientos distintivos.
- Comunicativas e imitadoras: repiten sonidos, silban o “hablan” cuando quieren atención o expresan entusiasmo.
- Reservadas o nerviosas: evitan el contacto, se asustan con facilidad y prefieren la rutina.
- Juguetonas y activas: disfrutan los desafíos mentales, juguetes y nuevas interacciones.
Cómo identificarlo: observá sus vocalizaciones, la interacción con juguetes, el interés por las personas y la reacción a los cambios.
Reptiles: comportamiento sutil pero revelador

Aunque menos expresivos que perros o gatos, los reptiles también desarrollan patrones que permiten reconocer su personalidad.
- Activos nocturnos: como algunos geckos, se mueven más al atardecer y descansan durante el día.
- Solitarios y poco tolerantes: prefieren espacios tranquilos, sin ser manipulados con frecuencia.
- Curiosos o territoriales: exploran su hábitat o se muestran agresivos si sienten invasión.
Cómo identificarlo: observá sus hábitos de alimentación, uso del espacio, tolerancia al manejo y respuesta a nuevos estímulos.
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¿Qué personalidad tiene tu mascota?
Te dejamos algunas preguntas que pueden ayudarte a identificar mejor el estilo de tu compañero:
- ¿Busca tu atención constantemente o prefiere observar desde lejos?
- ¿Cómo reacciona ante personas nuevas o ruidos inesperados?
- ¿Explora su entorno con entusiasmo o se queda en los mismos rincones?
- ¿Juega solo o necesita que lo estimules vos?
- ¿Te sigue por toda la casa o disfruta de su independencia?
La observación diaria es clave. Anotá estas conductas durante una semana y verás surgir un patrón. Cuanto más entiendas su temperamento, mejor podrás acompañarlo emocionalmente.