Un linaje noble: origen y particularidades
Originario de Rusia, el Borzoi fue criado desde el siglo XVII por la nobleza zarista para cazar lobos en campo abierto.
Su nombre proviene de la palabra rusa “borzyi”, que significa rápido o ágil. Forma parte del grupo de los galgos —perros de caza de vista— pero se distingue del clásico Greyhound por su pelaje largo y ondulado, su estructura más refinada y su andar majestuoso, casi felino.
Lea más: Territorialidad en perros: por qué sucede y cómo manejarla según la ciencia del comportamiento

A diferencia de otros galgos, el Borzoi combina velocidad con una personalidad mucho más introspectiva y reservada.
Lea más: ¿Cuánta agua necesita tu perro al día? La guía que todo dueño responsable debe conocer
Un perro que parece de otra época (y de otro plano estético)
Los Borzoi tienen un porte que impone: delgados, altos, de movimientos fluidos y silenciosos, parecen salidos de una pintura decimonónica.

Su belleza poco convencional, casi etérea, encaja perfectamente con los códigos visuales de plataformas como TikTok o Instagram, donde lo inusual se celebra y lo estéticamente ambiguo se vuelve tendencia.
Una de las claves de su popularidad entre los más jóvenes es, sin duda, su expresión facial única.
Con hocicos larguísimos, ojos penetrantes y una fisonomía que roza lo surrealista, los Borzoi han protagonizado infinidad de memes virales.

Su cara de “haber visto demasiado” los convirtió en íconos de una ironía muy Z: estética, absurda, y emocionalmente cargada al mismo tiempo.
Lea más: Perros tranquilos, obedientes y fáciles de cuidar: razas ideales para personas mayores
Un compañero emocional y sensible
Pero más allá del meme, hay un animal profundamente empático. Los Borzoi son tranquilos, introspectivos y sensibles al estado emocional de sus humanos.

No son perros ruidosos ni hiperactivos, sino más bien compañeros que acompañan desde la calma. Y eso resuena en una generación que valora la salud mental, el autocuidado y la conexión auténtica.
Para muchos jóvenes, tener un Borzoi es también una declaración de estilo y personalidad. Es elegir lo atípico, lo elegante pero raro, lo sensible pero visualmente fuerte. Un Borzoi no es un perro común, y justamente por eso, se transforma en una especie de manifiesto personal: ser distinto, pero con intención.