Compartir la vida con un perro puede ser transformador para los adultos mayores. Más allá del cariño incondicional, tener un compañero canino puede fomentar la actividad física, aliviar la soledad y mejorar el estado de ánimo.
Pero no todas las razas se ajustan bien a las necesidades de esta etapa. Elegir un perro tranquilo, obediente y fácil de cuidar es clave para disfrutar de una convivencia armoniosa.
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Qué tener en cuenta al elegir
Antes de adoptar, conviene evaluar aspectos prácticos que harán más sencilla la experiencia:
- Temperamento sereno: un perro calmado evitará sobresaltos o comportamientos imprevisibles.
- Tamaño adecuado: razas pequeñas o medianas son más fáciles de controlar y transportar.
- Facilidad de adiestramiento: la obediencia simplifica la vida diaria.
- Necesidades moderadas de ejercicio: ideales para quienes no pueden realizar largas caminatas.
- Cuidados simples de salud y pelaje: menos complicaciones médicas y de higiene.
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Las razas más recomendadas para adultos mayores
1. Cavalier King Charles Spaniel. Cariñoso, sociable y de porte elegante. Se adapta con facilidad, es fácil de adiestrar y necesita ejercicio moderado. Ideal para quienes buscan un perro afectuoso sin grandes exigencias.

2. Pug. Pequeño, robusto y con un carácter apacible. Son leales, disfrutan la compañía humana y se sienten cómodos en espacios reducidos. Perfectos para departamentos y rutinas tranquilas.

3. Bichón Frisé. Alegre, vivaz y sociable. Aunque su pelaje requiere mantenimiento, su carácter amigable y su bajo nivel de muda lo hacen ideal para personas preocupadas por la limpieza del hogar.

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4. Schnauzer miniatura. Inteligente, atento y leal. Es una raza activa pero manejable, buena para adultos mayores con energía. Su pelaje necesita cuidados regulares, pero su personalidad equilibrada compensa con creces.

5. Shih Tzu. Tranquilo, adaptable y afectuoso. Se acomoda sin problemas a la vida en interiores y requiere poco ejercicio. Su pelaje es su mayor demanda, pero muchos optan por cortes prácticos.

6. Bulldog inglés. Aunque más pesado, su carácter plácido y afectuoso lo convierte en un excelente compañero. No necesita largas caminatas y suele preferir la calma del hogar.

Beneficios emocionales y físicos
Tener un perro no solo aporta compañía:
- Reduce la soledad y el aislamiento.
- Incentiva el movimiento diario, aunque sea leve.
- Mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad.
- Ofrece una rutina que estructura el día a día.
Con el perro adecuado, las personas mayores pueden disfrutar de un vínculo afectivo profundo y enriquecedor. Las razas tranquilas, dóciles y fáciles de manejar ofrecen compañía sin complicaciones, haciendo que cada día esté lleno de ternura y sentido.