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¿Qué es el Virus de la Inmunodeficiencia Felina?
El VIF pertenece a la familia de los retrovirus, siendo un lentivirus, al igual que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Este virus ataca el sistema inmunológico de los gatos, debilitándolo gradualmente y dejándolos vulnerables a diversas infecciones secundarias y enfermedades.
¿Cómo se transmite el VIF?
La transmisión del VIF ocurre principalmente a través de mordeduras durante peleas entre gatos.
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El virus está presente en la saliva y específicamente se transfiere cuando un gato portador muerde a otro.
Esta característica hace que los gatos que viven en exteriores o aquellos que son más agresivos tengan un mayor riesgo de infectarse.
Otro modo de transmisión, aunque más raro, es de madre a gatitos a través del canal del parto o la leche, pero esto no es común.
No se ha demostrado que el VIF se transmita a través de compartir tazones de comida y agua o el uso compartido de areneros.
Síntomas y etapas de la enfermedad
La infección por VIF se presenta en diferentes etapas:
- Fase aguda: ocurre semanas después de la infección inicial y puede incluir fiebre, letargo, linfadenopatía (ganglios inflamados), y pérdida de apetito.
- Fase asintomática: puede durar años sin mostrar signos visibles, durante los cuales el virus continúa replicándose lentamente y el gato parece clínicamente sano.
- Fase terminal o SIDA felino: en esta etapa, el sistema inmunológico se deteriora significativamente, haciendo que el gato sea susceptible a infecciones oportunistas, pérdida de peso progresiva, anemia y otras afecciones graves.
Diagnóstico y prevención del VIF
El diagnóstico del VIF se realiza a través de análisis de sangre que detectan la presencia de anticuerpos contra el virus.
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Estos suelen ser parte de los chequeos regulares de salud en gatos adultos, especialmente en aquellos con un historial de peleas o que presentan síntomas inexplicables de enfermedad.
La prevención incluye la esterilización y castración, ya que esto dsminuye las peleas y, por ende, las posibilidades de transmisión del VIF.
Mantener a los gatos en interiores también reduce significativamente el riesgo de contacto con gatos infectados.
A pesar de que no existe una vacuna completamente efectiva contra el VIF, mantener un cronograma de vacunación y chequeos veterinarios regulares es vital para la salud general del gato.
El Virus de la Inmunodeficiencia Felina es una preocupación significativa para los dueños de gatos, pero con medidas adecuadas de prevención y atención veterinaria, se puede minimizar el riesgo de infección.