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Si tu gato vuelve con una herida observá la gravedad, si es profunda, sangra profusamente o hay signos de infección (como pus o enrojecimiento), buscá atención veterinaria de inmediato.
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Limpiá la herida: si la herida es superficial, lavala suavemente con agua tibia para eliminar suciedad y bacterias.
Desinfectá con soluciones adecuadas, aplicá un desinfectante suave, como jabón de povidona yodada, pero evitá el alcohol o el peróxido de hidrógeno, ya que pueden irritar la piel.
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No uses productos humanos porque pueden ser tóxicos para los gatos.
En algunos casos, el veterinario recomendará un ungüento antibiótico. Aplicalo siguiendo sus instrucciones.
Administración de medicamentos orales: si se te receta algún antibiótico, asegurate de seguir las indicaciones del veterinario al pie de la letra.
El cuidado
- Evita que el gato se lama, usá un collar isabelino o una camiseta ajustada para evitar que se acceda a la herida mientras sana.
- Asegurale a tu gato un lugar cómodo y seguro para descansar y recuperarse.
- Revisá la herida diariamente en busca de signos de mejora o empeoramiento.
- Cualquier cambio en el comportamiento del gato puede indicar dolor o malestar. Consulta al veterinario
- Si notas cualquier signo de infección, como fiebre, aumento del dolor o secreción, llevalo a su veterinario.
Cuidar de un gato con una herida requiere atención y cariño. Siguiendo estos pasos, ayudarás a tu amigo felino a sanar y evitar complicaciones. Siempre recordá que en caso de duda, el veterinario es tu mejor recurso.