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Cuando sentimos el deseo de tener una mascota, debemos saber que será una compañía por largos años. En primer lugar, hemos de sincerarnos con nuestro estilo de vida, también con nuestras posibilidades tanto económicas como emocionales.
“Antes de decidir tener una mascota, debemos plantearnos si nuestra manera de vivir se puede amoldar a ese nuevo animalito. Si la persona es muy activa y le gustan las actividades al aire libre, hacer deportes, escalar cerros, convendría tener un perro con alto nivel de energía. En cambio, a las personas más sosegadas les gustan los perritos más tranquilos. Entonces debemos escoger razas que se adecúen a cómo somos y vivimos” dice la Lic. Sandra Ovelar, etóloga
-Muchas veces se relaciona al gato como una mascota que no implica un gran compromiso económico ni es tan dependiente como el perro.
Todos los perros como los gatos necesitan del total acompañamiento del humano para educarlos. Hay muchos amantes de los gatos que tienen una falsa idea de que estos animales son completamente independientes, en realidad los gatitos también necesitan cariño, atención y que se les provea educación. Entre el humano y el gato también se forman fuertes vínculos, y para eso es fundamental dar tiempo de calidad.
-¿Podría explicarnos qué es el vínculo, el apego con un animal?
El apego es la protección, es encontrar un vínculo, una base de seguridad. La figura de apego en un bebé humano cumple un rol primordial para el desarrollo afectivo de ese bebé y las futuras interacciones positivas con otros humanos. J. Bowlby formuló la teoría del apego, en la cual sostenía: “El apego es esencial para la salud mental del bebé”, esta figura es una base segura desde la cual el niño puede explorar el mundo exterior y a la cual retornar si es que siente algún peligro.
La antropozoología es la ciencia que estudia el vínculo y las interacciones entre animales y humanos. Las interacciones con los animales forman parte de los inicios de la historia de la humanidad. Los llamados animales de compañía, como lo son el perro y el gato doméstico, nos acompañan en el transitar diario y podemos reconfortarnos con su presencia.
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En la actualidad se ha sugerido que la relación humano-perro/gato de compañía podría representar una expresión de apego formando un fuerte vínculo entre ambos. Estos vínculos se ven forjados por la sensación de tener como zona segura a esa mascota y viceversa. La sensación de retornar a casa luego de un largo día de trabajo y que nos reciba con tanto cariño nuestra mascota es un placer único que experimentamos los que convivimos con mascotas.
Las interacciones con mascotas tienen un efecto terapeútico sobre el humano, a través del contacto físico se libera oxitocina, la “hormona de la felicidad”. Al acariciarle suavemente a nuestra mascota, liberamos esta hormona y genera una sensación de bienestar.
-¿Cómo logramos que el vínculo sea sano para ambos lados?, ¿se da de manera natural o hay que planificarlo?
Nos vinculamos sanamente cuando dejamos que sea la mascota quien busque nuestro contacto. Despertar al perro o al gato cuando está durmiendo, abrazarlo si es que no le gustan las manipulaciones, darle besos si es que no son de su agrado son las situaciones que crean incomodidad en el perro o gato. Es importante encontrar maneras más amigables de relacionarnos con nuestras mascotas para generar un clima armonioso de convivencia. Una manera de vincularnos de manera correcta con nuestra mascota es permitirles retirarse de una situación que les genera incomodidad. Deben poder tener esa opción.
Actividades para vincularnos con nuestras mascotas: pasar tiempo de calidad con el gato, acariciarlo en los lugares que le gustan, evitar las zonas de la panza, patitas, cola. Realizar juegos con ratoncitos de juguete o plumas en la punta de una cañita, esto simulará la caza. Se pueden realizar sesiones de adiestramiento/educación felina. Enseñarle trucos. Proveerle cajas de cartón para que se esconda, y un sinfín de actividades para que el gato esté entretenido.
Pasar tiempo de calidad con el perro: peinarlo, jugar con él, pasearlo, dejarlo olfatear el entorno, educarlo, enseñarle trucos. Proveerles juguetes cognitivos, jugar con el perrito a diario.
-¿Hasta dónde llegan las consecuencias de la ausencia o el mal vínculo con las mascotas?
Las consecuencias negativas que producen los malos vínculos afectan tanto a las personas como al animal y a la sociedad en general.
En cambio, fomentar una relación positiva y saludable con los animales puede traer beneficios significativos para todos los involucrados.
Enseñar a los niños pequeños sobre el cuidado y el manejo de las mascotas es indispensable para entrenarlos a ser responsables con los seres vivos. Todos los animales deben ser protegidos y cuidados. Gandhi nos enseñó que “la grandeza de una nación se mide por la forma en que trata a sus animales”, por eso es muy importante enseñar desde el hogar, la sociedad, instituciones educativas el trato y el cariño que debemos brindarles a los animales.
-¿Cuándo empezar a forjar una buena conexión?
Debemos considerar que los cachorros al separarse de su madre buscan una figura que les dé seguridad, y si hemos dado el correcto trato, los cachorros encuentran en nosotros una base segura de cuidado y protección que los ayuda a gestionar las diversas situaciones que puedan generarles miedo o puedan sentir que están en peligro y refugiarse en nosotros.
Los cachorros en etapas más tempranas son más receptivos y están conociendo el mundo. Es una etapa crucial para enseñarle los buenos hábitos y cómo debe comportarse y vincularse con los humanos, esto tendrá repercusión en su vida adulta. Para brindarles confianza en la vida adulta, los cachorros deben ser educados con refuerzos positivos mediante caricias, juegos, de manera a que vayan tomando confianza en nosotros. La etapa de cachorro es desafiante, se debe tener mucha paciencia y perseverancia para educar.
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-¿Y si lo adoptamos de adulto?
El adoptar un perro o un gato adulto también tiene sus desafíos, al animal adulto a veces le toma más tiempo adaptarse a su nuevo hogar, es importante proveer rutinas estables y que conozca el ambiente, dejarlo explorar si es que desea. Si es un animal que ha sufrido maltrato, el proceso será más lento, hay que darle su tiempo para que vaya acostumbrándose al nuevo hogar.
-¿Diría que en nuestra cultura se comprende la necesidad de crear este vínculo de confianza, de cariño con el animal?
Los vínculos entre humanos y animales pueden variar a nivel contextual y cultural, incluso dentro de una misma cultura puede haber diferencias. La zona rural y urbana también influye en el trato que se les da a los animales.
Hay personas que tienen a sus mascotas como un miembro más de la familia, tienen su propio espacio en la casa, sus juguetes, sus horarios de comida, comparten actividades de recreación juntos, los llevan de paseo. En cambio, hay otras familias que no permiten que el perro forme parte de la familia, sino que es un animal que cuida la casa o el ganado, la huerta.
Hoy en día contamos con estudios científicos que prueban que los animales son seres sintientes y, por ende, tienen emociones y son capaces de sentir miedo, dolor, estrés, felicidad, placer, pueden resolver problemas, etc.
“Perrijos y gatijos” versus hijos
-En las redes fácilmente se arman discusiones sobre si tener mascota o hijos. ¿Cómo llegar a un acuerdo sensato en este tema sin herir susceptibilidades, ni menospreciar creencias?
Hay diversas maneras de vincularnos con los demás, lo importante es escuchar al otro y ser empáticos, respetuosos. Los roles parentales para con los hijos humanos son distintos que los roles en la vinculación de los humanos y sus mascotas.
Los hijos humanos requieren de necesidades que van más allá de la protección, afecto y hogar, porque tenemos una obligación ética y moral para con el cuidado de ese niño; la sociedad nos pauta obligaciones a cumplir.
-Con los animales debemos tener afecto y proveerles cobijo, protección y los cuidados necesarios indicativos del bienestar animal. Cada quién merece respeto con las decisiones propias elegidas.
Hay parejas con hijos humanos y parejas que deciden no tener hijos propios porque no quieren/ no pueden, otros optan por la adopción y existen padres y madres solteros con hijos y/o mascotas. Existen muchos tipos de familias y las decisiones son puramente personales, íntimas y según su conveniencia. Fomentemos la escucha activa y la empatía.
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-¿Cómo crear lazos de amor sin humanizar?
La humanización refiere a atribuirles características humanas a los animales, pensar que los animales actúan de acuerdo a situaciones que solo los humanos sentimos o pensamos. Por ejemplo, es común escuchar que el perro o gato realizan destrozos con el propósito de “castigarnos” por haberlos dejado solos. O se tilda a los animales de manipuladores cuando desean obtener algo.
-Humanizamos a nuestras mascotas cuando no permitimos que los animales realicen conductas propias de su especie, un ejemplo sería el no dejar a los perros olfatearse entre sí para conocerse.
Pintarles las uñas a los perros y gatos no es algo que las mascotas necesiten, al igual que tampoco necesitan que se les tiña el pelo. Sí necesitan que los atienda un veterinario para vacunaciones, desparasitaciones, etc.
Festejar el cumpleaños del perro o gato es una manera de celebrar los años transitados y compartidos con nuestra mascota. Si el perrito o gatito no lo pasa mal, es válido. Pero si es que se invita a muchas personas, se tiran bombas artificiales y se le pone algún disfraz (siendo que el animalito no está acostumbrado) no sería la manera más sana de celebrarlo para ese perro o gato. Cada mascota es distinta y hay que saber identificar lo que les gusta o desagrada a nuestras mascotas siempre cuidando su bienestar emocional.
-Así como hay gente que tiene conexión espontánea con los animales, hay otra que no lo logra, no porque no les gusten, sino porque no pueden tocarlos. ¿Será poca sensibilidad, algún trauma?
El tener o no mascotas, no tiene que ver con la sensibilidad, más bien es cuestión de gustos personales, con el tiempo que puedo dedicarle, mi estilo de vida, si tuve malas experiencias, si no cuento con un lugar adecuado, si tengo solvencia para costear todo lo relacionado con la mascota.
Algunas personas no tuvieron la oportunidad de tener mascotas cuando eran niños y, por ende, no están acostumbrados o no se sienten cómodos con la presencia de perros y gatos.
Son cuestiones internas de cada persona. Debemos ser capaces de respetar si a alguna persona no le gustan los animales, quizás le dan miedo o simplemente no tiene por un tema de conveniencia.
Al igual que se debe respetar a las personas que se desviven por sus mascotas, sienten una conexión tan hermosa que no ven otra vida sin estos seres que brindan amor incondicional.