“Recientemente hubo un aumento de cerca del 30% en el abandono de gatos domésticos” por sus dueños que han dejado la isla, se lamenta Dawn Foote, de 48 años, directora del refugio Tala Cats. Ante los problemas económicos, sobre todo fruto de la pandemia, tanto expatriados como binacionales se fueron sin poder llevar consigo a sus mascotas, explica. “En este momento, simplemente, la gente no tiene dinero y es algo muy caro transportar un gato a otro país” , prosigue Foote, haciendo referencia a las vacunas y al ‘pasaporte felino’.
Cierre de restaurantes
“¡Esto nos rompe el corazón!” , señaló a la AFP , añadiendo que el aumento de estos abandonos además se debe a que los chipriotas a veces no pueden pagar la comida o los gastos veterinarios de sus animales. Chipre y los gatos comparten una muy antigua historia.
Las pruebas de su domestificación en la isla son las más antiguas hasta ahora halladas en todo el mundo, inclusive anteriores al Egipto faraónico. En 2004, arqueólogos descubrieron restos de un gato y un hombre enterrados juntos hace unos 9.500 años en la aldea neolítica de Shillourokambos (sur) , o sea, 1.500 años anterior al hallazgo de una mandíbula de gato, que era el más antiguo.
Los gatos abandonados “no saben sobrevivir”, destaca Foote, añadiendo que muchos se dejan consumir en esas circunstancias. Un segundo confinamiento tras el de la primavera boreal entró en vigencia el 10 de enero, a causa de un gran repunte de contagios por covid-19. Un factor clave ha sido el cierre de restaurantes —lugares preferidos de los gatos callejeros para alimentarse—, que ha empeorado las condiciones.
En lo que respecta a los gatos albergados en refugios, algunos han sido enviados al extranjero para ser adoptados, pero las cosas se complican por la falta de vuelos y mayores costos del transporte aéreo. Tendencia confirmada por la AFP en un refugio cercano a la capital, Nicosia. El cierre de refugios por la crisis sanitaria también dificulta que los habitantes isleños los adopten. Más de 800 gatos residen actualmente en el Tala Center, situado en un terreno propiedad del cercano monasterio de Agios Neofytos. Todos han sido castrados o esterilizados.
“Gato de exterior”
La esterilización es esencial para poder controlar la población de felinos, que supera en cantidad a la de habitantes en la República de Chipre, con poco más de un millón de animales, de acuerdo a una asociación de protección. Los programas de esterilización estatales no están bien implementados y los fondos destacados para ellos —75.000 euros (unos 90.600 dólares) en total en 2020, según cifras del ministerio de Agricultura— son insuficientes, afirman veterinarios entrevistados por la AFP .
Esta estrategia “no funciona para nada (...) no está bien enfocada” , considera el veterinario Evis Andreou, para quien todavía faltan ciertas medidas preliminares, como el censo de gatos callejeros en áreas concretas. El ministerio de Agricultura asegura que su programa de esterilización ha sido “eficaz” , reconociendo, no obstante, que busca “mejorar el procedimientoo (de esterilización) para focalizarlo y controlarlo mejor” este año.
Pero algunos afirman que la sociedad en su conjunto no se toma esta situación en serio. “Yo les digo: ‘No es un gato callejero si tú le das de comer (...) es tu gato de exterior’” , destaca Foote. Y en diez años habrá tenido tiempo de sobra para reproducirse varias veces, subraya.