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Parecería que el término “pobreza” causa urticaria e irritación en nuestro pueblo orgulloso y fue utilizada injustamente por el Presidente de la República en un momento en que nadie quiere comprender razones y solo están para las críticas.
Pero me gustaría, no obstante, analizar esa palabra en su contexto, o sea la diáspora de paraguayos a España en un determinado momento de la economía española que duró muy poco tiempo y por entonces en España todo se disparaba para arriba, había demanda de un montón de cosas, entre ellas de mano de obra en funciones tales como: albañilería, cuidados de enfermos, electricistas, plomeros, domésticas, etc., funciones estas que no eran proclive al agrado de los españoles o europeos en general acostumbrados a otros quehaceres más especializados.
Por entonces corría el rumor de que los sueldos eran aproximadamente 10 a 1 con relación al Paraguay de ese momento, o sea si acá ganaban 1 millón, allá ganarían 10 millones, y comenzaron a emigrar, encontrando en España una buena química en la relación humana gracias al idioma.
Por entonces, el Paraguay se beneficiaba y consideraba de “muy importante” el ingreso de divisas a través del envío de dinero de los trabajadores a sus parientes. Muchos de ellos volvieron a su terruño con una pequeña fortunita y hoy tienen sus propias empresas o se hicieron de una bella casita.
Entonces, señor presidente, la expresión no fue la acertada y hubiera quedado mucho mejor si hablaba de esos paraguayos con orgullo y sin denostar con un término tan molestoso.
No hay que olvidar el otro lado de la moneda, cuando millones de españoles e italianos emigraron de Europa, con una mano adelante y la otra atrás, para “hacerse la América” y muchos de ellos se quedaron a vivir adoptando nuestra patria como suya y cuyos nietos hoy son compatriotas nuestros.
Si buscamos inversionistas, la expresión “exportamos pobreza” serviría más bien para espantarlos, cuando sabemos que tenemos un país rico en casi todos los aspectos y agraciado merced a la idiosincrasia de nuestro pueblo hospitalario y nuestras hermosas mujeres que maravillan a los extranjeros por su donaire muy particular… y esas virtudes son las que debemos destacar y promocionar, señor Presidente.
Juan José Migliore