Cargando...
Desde mi portal de ciudadano común y padre de familia he estado observando los comentarios y campañas en contra del proyecto APP.
En un ansiado proyecto que pone a nuestro país a la altura de otros tales como Chile y que ha dado un resultado muy importante en lo macroeconómico.
En consecuencia, la primera reacción, casi natural, al cambio es hacer campaña y cundir el pánico y buscar eco en los medios. Desafortunadamente ninguna de las dos acciones aporta para debatir sobre el tema porque tiene posiciones encontradas y por lo tanto no hay imparcialidad.
En este punto, el reclamo que no se hizo esperar fue la de los empleados y familiares de las empresas públicas.
Estos que son de antaño y por generación, una gran mayoría, lastres del estado y que se mofan de cargos y sueldos exorbitantes; o lo opuesto, sueldos miserables pero coimas siderales que ayudan a salir de la pobreza en tiempo record; sin olvidar que este privilegio no es todos los empleados y muchos de ellos viven con sueldos normales y sin beneficios extras.
Pero con lo primero, se han formado clanes familiares empostrados en puestos claves y no dejaran de vivir del estado porque nunca han trabajado y no están ni piensan en competir día a día para ser eficientes.
Mas bien, con los sueldos exorbitantes se ensañan en un consumismo salvaje porque acumulan riqueza y con mente pobre no queda otra; lo que da igual con el dinero que esta gente quiere ahorrar para el país va y para en manos de las multinacionales pero sin haber pasado por el proceso de inversión que es lo que el país necesita.
En cuanto al balance de poderes, nada se ha fragmentado. Se da poderes especiales al presidente para negociar, es un hombre de negocio con contactos internacionales de gran nivel, y eso facilitara captar IDE (la esperada Inversión Directa Extranjera – FDI por su sigla en inglés) sin burocracia y mejor aun, sin las coimas de estos clanes que viven del estado y son como hienas salvajes esperando su parte y ahuyenta a los inversionistas serios. Y este es el meollo de la cuestión, no hay vueltas que dar, es el talón de Aquiles de los que están enviando gente para reclamar en contra de este proyecto.
Por otro lado, en lo político, los únicos capaces y con poder de venderse y vender el pueblo son los parlamentarios y lo han demostrado fehacientemente con la destitución de Lugo, pueden modificar el destino de nuestro país y el pueblo paraguayo en menos de 48 hs.
Considerando este hecho, son los mismos parlamentarios que se tornan como jueces del ejecutivo y no como quieren hacer entender que el mismo ejecutivo tiene la facultad de vender los bienes inalienables del país.
Al respecto, el ejecutivo está en terapia justamente por el despilfarro desmedido en sueldos y gastos innecesarios de las recaudaciones del estado porque el 80 o 90% se destina al presupuesto de gastos y solamente con la inyección de capital privado se podrá invertir en nuevas infraestructuras y otras modernizaciones que precisan nuestro país para estar a nivel de los vecinos; que si lo han hecho en forma y a su debido tiempo.
Por último, no se ha socavado ningún derecho inalienable del pueblo paraguayo, del ciudadano común que habita nuestro país; menos el balance de poderes que precisa un estado para funcionar en forma equitativa; y no es un atentado contra los patrimonios del estado tampoco sino mas bien a favor de los mismos y para el bienestar de este sufrido pueblo paraguayo.
Lic. Carlos F. Vera