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Una funcionaria diplomática recibió toda la documentación y luego de 20 minutos de análisis devolvió las copias a los activistas.
La campaña fue promovida por Amnistía Internacional Paraguay. Unos cinco integrantes de la organización fueron hasta la sede de la Embajada en Asunción y presentaron el informe: “Venezuela: los derechos humanos en riesgo en medio de protestas”, además de 1.276 firmas y un cuadro artístico de solidaridad con las víctimas de las represiones. Según María José Garcete, vicedirectora de campañas de Amnistía, una empleada recibió a los activistas en la vereda, allí se le comentó el objetivo de la medida y se le entregaron los documentos, pero unos minutos después apareció otra funcionaria y les devolvió todo, alegando que el informe era “parcialista y atentaba contra la democracia venezolana”.
“Esta actitud demuestra que el Gobierno de Venezuela no quiere hablar ni escuchar críticas. A nosotros nos preocupa la situación de los derechos humanos, durante las protestas. Exigimos que el Gobierno ponga en su agenda política el respeto por los derechos de la gente, pedimos que se cree un Plan Nacional de DDHH y que se concrete acuerdos con todos los partidos políticos y la sociedad civil”, indicó Garcete.
“Es terrible que no hayan recibido nuestro informe ni las firmas. Otras embajadas más grandes, como las de Estados Unidos o Rusia, a pesar de las críticas, recibieron igual nuestros reclamos”, agregó la activista.
“(Hay que) Investigar de forma exhaustiva, independiente e imparcial todas las denuncias de violaciones y abusos a los derechos humanos recibidas en el contexto de las protestas. Se deben esclarecer todas las responsabilidades y los responsables deben ser llevados ante la justicia”, dice parte del informe que no recibió la Embajada venezolana.