“Las tensiones en el mar Egeo y en el Mediterráneo oriental (...) socavaron la seguridad y la estabilidad regionales”, según el último informe de evaluación de la Comisión Europea sobre los países candidatos a la adhesión.
Turquía, que empezó a negociar su adhesión con la UE en 2005, es un “socio determinante” y un “actor clave”, pero “no ha llegado el momento de abrir un nuevo capítulo en las negociaciones”, explicó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en Estrasburgo (noreste de Francia).
El análisis del ejecutivo comunitario “muestra que el país continúa alejándose a grandes pasos de la UE especialmente respecto al Estado de derecho y a los derechos fundamentales”, agregó el comisario europeo de Negociaciones de Ampliación, Johannes Hahn.
Las negociaciones con Ankara, en las cuales ya se abrieron 16 de 33 capítulos, se encuentran paralizadas desde hace años y las relaciones con la UE se degradaron todavía más tras la intentona golpista de julio de 2016 en Turquía que condujo a purgas masivas en el país.
La mayoría de los países de la UE rechazan por el momento romper oficialmente estas negociaciones de adhesión, al temer una ruptura definitiva con la Turquía de Recep Tayyip Erdogan, un socio clave para enfrentar la crisis migratoria y en la lucha antiterrorista.