Unos 38.000 presos condenados por delitos cometidos antes del 1 de julio, o sea 15 días antes del fallido golpe de Estado, se beneficiarán de esta medida de liberación anticipada bajo control judicial, anunció el ministro de Justicia, Bekir Bozdag.
Esta medida, que “no es una amnistía”, concierne a “los delitos cometidos antes del 1 de julio”, pero no los asesinatos, actos terroristas, atentados contra la seguridad del Estado, violación de secretos de Estado o narcotráfico, anunció el ministro en 19 tuits.
La medida excluye de hecho cualquier persona encarcelada por su implicación en el intento de golpe de Estado militar del 15 de julio. El ministro explicó después, en una entrevista con la televisión A-Haber, que en total 99.000 personas podrían beneficiarse potencialmente de una liberación anticipada, sobre una población carcelaria de 214.000.
Pero antes se llevará a cabo “un análisis de riesgos” sobre los prisioneros susceptibles de ser liberados, añadió.
El gobierno turco acusa al predicador Fethullah Gülen, bestia negra del presidente turco Recep Tayyip Erdogan y exiliado en Estados Unidos, de haber organizado la intentona.
La persecución implacable a sus simpatizantes desde hace un mes en las instituciones y en todos los sectores de la sociedad turca ha enviado a prisión a unas 35.000 personas, un tercio de las cuales han sido liberadas, según las autoridades turcas.
“En base a esta medida, unas 38.000 personas saldrán de prisión en una primera fase”, indicó el ministro, dejando la puerta abierta a nuevas oleadas de liberaciones anticipadas.
Las primeras liberaciones comenzaron este miércoles. “No me lo esperaba”, declaró Turgay Aydin, liberado de la prisión estambulita de Silivri, a la agencia progubernamental Anadolu. “Le damos las gracias al presidente Erdogan. A partir de ahora, trabajaremos para ser mejores personas”, añadió.
Tras la liberación de 38.000 personas, la presión en los superpoblados establecimientos penitenciarios turcos debería reducirse considerablemente. Aunque el ministro no explicó los motivos de estas liberaciones anticipadas, la prensa señaló estas últimas semanas el importante hacinamiento de las prisiones trucas a causa de las purgas en curso.
El sitio creado con esta medida debería servir, no obstante, para trasladar a las miles de personas sospechosas de haber participado en la intentona golpista y que se enfrentan a duras penas de cárcel.
El editorialista del diario Hurriyet, Akif Beki, dijo recientemente que “las prisiones están llenas a reventar” y se preguntaba: “¿Cómo podemos detener a tanta gente sin hacerles sitio?”.
El número de personas encarceladas en Turquía progresó de manera exponencial en estos últimos años, pero los detenidos tras el golpe fallido representan una parte no despreciable de la población carcelaria.
La purga de los simpatizantes de Gülen continúa en una Turquía bajo estado de emergencia. El miércoles, 2.692 funcionarios, en su mayoría de la policía, fueron despedidos, anunció el Diario Oficial.
Asimismo, el rotativo prokurdo Ozgür Gündem, suspendido oficialmente el martes por hacer propaganda de la guerrilla kurda, anunció en su página web la detención provisional de unos 20 de sus trabajadores, tras una redada de la policía en sus locales. Asli Erdogan, miembro de su consejo de administración y una reputada escritora, fue detenida en su domicilio.
En total, unas 75.000 personas perdieron el trabajo a causa de sus presuntos vínculos con la red de Gülen, quien desmiente formalmente cualquier intento de derrocar al presidente turco.
Ankara presiona a Washington para que extradite al eximán de 75 años, para quien la fiscalía acaba de pedir dos penas de cadena perpetua y 1.900 años de prisión. El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajará a Ankara el 24 de agosto, anunció la Casa Blanca, en la primera visita de un alto responsable occidental más de un mes después de la intentona golpista.