La votación, que se desarrolló tranquila y con pocas filas, cerró a las 18:00 locales (21h00 GMT), pero recién el lunes hacia las 02h00 GMT habrá un indicio de tendencias.
“Cumplimos la promesa: dejamos un país normal”, dijo la presidenta saliente de 62 años, muy distendida al votar en Santa Cruz, bastión político en la Patagonia del matrimonio Kirchner.
Scioli, apoyado por Cristina Kirchner y su coalición de izquierda Frente para la Victoria (FPV), es el gran favorito.
Este excampeón de motonaútica, amputado de su brazo derecho en una carrera, tiene una ventaja de unos diez puntos, según los sondeos, sobre su rival más cercano, Mauricio Macri, el alcalde conservador de Buenos Aires.
A las puertas de decidir un giro político, los votantes fluyeron tranquilos, con poca pasión, sin mucha convicción, pero en todos los casos contentos de confirmar la democracia con el voto.
Adriana Spina, una docente de 54 años, dudó hasta el último minuto su elección. “Voté al Frente Para la Victoria, aunque Scioli no me parece el mejor candidato. Lo voté porque sostengo el proyecto kirchnerista”, dijo en el barrio Belgrano de Buenos Aires.
La incógnita del comicio al que están convocados más de 32 millones de electores es si Scioli logrará sumar el 45% de sufragios o el 40% y una diferencia de diez puntos sobre el segundo para evitar la segunda vuelta. Si no lo consigue, habrá un balotaje el 22 de noviembre.
“Contagiémonos del espíritu de Los Pumas, ellos son desde mi punto de vista lo que debe ser Argentina con esa garra, ese orgullo, esa fuerza para llevar la camiseta argentina”, dijo Scioli al votar en Villa La Ñata, su bastión en la provincia de Buenos Aires que gobierna desde 2007.
El candidato aludió así a la selección de rugby que este domingo disputó la semifinal del Mundial en Inglaterra.
Macri, de 56 años, también se refirió a la selección. “Voy a ir a almorzar con mis hijos en la quinta (casa de campo) y obviamente voy a ver a Los Pumas que son un ejemplo de la Argentina que queremos”, dijo el político.
El tercero en discordia, Massa, de 43 años, apostó a un cambio político gane quien gane. “Nosotros creemos que hoy nace una nueva Argentina, hoy termina una etapa, empieza otra”, indicó.
Lorena Sánchez, maestra de 54 años, y simpatizante del PRO, partido conservador que gobierna la capital desde hace ocho años, espera que Macri sume suficientes votos para evitar una victoria de Scioli en la primera vuelta.
“Argentina necesita salir del peronismo para avanzar, estamos en un callejón sin salida”, dijo.
Kirchner está impedida por ley para un tercer mandato y apoya a Scioli, un peronista moderado, que a diferencia de ella sintoniza bien con los mercados y las corporaciones.
La era que cierran estas elecciones se inició con el fallecido marido de la presidenta, Néstor Kirchner (2003-2007). El matrimonio emergió en las postrimerías de una severa crisis que había implicado un default.
Los tres candidatos de ascendencia italiana tienen otros tres rivales pero sin peso en los sondeos: la socialdemócrata Margarita Stolbizer, el peronista de centroderecha y expresidente que declaró el default en 2001, Adolfo Rodríguez Saá, y el trotskista Nicolás del Caño.
Además se vota la renovación de un tercio del Senado, la mitad de los diputados y 11 de los 25 gobernadores.
Scioli gobierna la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país con 16 millones de habitantes. Pactó con Kirchner, pero ya se diferenció al anticipar un gabinete de centroderecha.
“No propongo ninguna revolución. Mantener lo que haya que mantener, cambiar lo que haya que cambiar”, afirma este licenciado en administración de empresas.
Sin carisma ni la prosa encendida e incendiaria de Kirchner, atrae al electorado como hombre amigable y equilibrado. Coincide con las políticas sociales de Kirchner pero no con su adhesión al eje bolivariano regional.
Macri cosecha el voto antikirchnerista de clases medias urbanas y rurales. Lo respalda el ’lobby’ que él mismo llama ’círculo rojo’, de los grandes grupos empresarios y de medios de comunicación.
Fue presidente del popular Boca Juniors en un período muy exitoso con 17 títulos. Es hijo de Franco Macri, fundador de un imperio empresarial.
Ha dicho que el país debe pagar en el juicio de los fondos especulativos en Nueva York. Ese litigio, iniciado por el 7% remanente de acreedores tras el ’default’ de 2001, será uno de los desafíos del nuevo presidente.
Massa, que fue jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, pasó a una oposición virulenta. Sus promesas de campaña fueron impactantes para romper la polarización Scioli-Macri.
“Emplearemos las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico”, dijo al tocar un tema hipersensible. Los Kirchner llevaron a la cárcel a casi 600 militares por crímenes durante la última dictadura (1976-83).
Con una inflación extraoficial del 20% al 30%, el país dejó de crecer a tasas del 8% como en los tiempos dorados de los Kirchner. El consumo aún es alto pero el nivel real de la pobreza es motivo de polémica con la oposición.