En una declaración aprobada por unanimidad, los 15 países miembro “saludan la firma” de ese acuerdo por parte del presidente sursudanés, Salva Kiir, una semana después que su rival Riek Machar, e invitan a ambas partes “a aplicar plenamente el acuerdo” para acabar un conflicto que ya lleva 20 meses.
Según los términos del acuerdo de paz, el cese al fuego debería entrar en vigor el sábado, pero el presidente Salva Kiir ya ordenó a sus tropas detener todas las operaciones.
El Consejo expresó “su disposición a considerar apropiadas las medidas”, incluido “un embargo sobre las armas y sanciones concretas adicionales”.
Ante la amenaza de sanciones internacionales, Kiir firmó el acuerdo el miércoles pero anexó una lista de reservas, que dijo que tendrían que ser tratadas para que el acuerdo tenga éxito en la nación más joven del mundo.
El líder rebelde Riek Machar había firmado el acuerdo una semana antes.
La disputa estalló en diciembre de 2013 cuando Kiier acusó a Machar de planear un golpe de Estado, desatando una ola de matanzas que dividió el país en términos étnicos.
Al menos siete ceses al fuego han sido acordados y rotos días o incluso horas después.
El acuerdo da a los rebeldes el cargo de primer vicepresidente, lo que significa que Machar podría retornar al puesto del que fue echado en julio de 2013, un acontecimiento que puso al país a las puertas de la guerra ese mismo año.
Se calcula que decenas de miles de personas murieron en una guerra marcada por matanzas étnicas, violaciones en masa y reclutamiento de niños.
El Consejo de Seguridad dijo que los responsables de violaciones de derechos humanos deben enfrentar la justicia.
Unos 2,2 millones de personas han sido desplazadas de sus casas durante el conflicto. Unos 200.000 civiles aterrorizados están refugiados en bases de la ONU.