En un ambiente festivo y jocoso, cerca de 200 personas se reunieron en un céntrico museo con el objetivo inicial de recaudar 80.000 pesos (unos 4.800 dólares) para la familia de Espinosa, quien trabajaba para varios medios desde el violento estado de Veracruz (este).
“Rubén era uno de los sustentos más importantes para sus papás, siempre les mandaba dinero desde Xalapa” (capital de Veracruz), comentó a la AFP Alejandro Menéndez, uno de los fotógrafos que organizó la subasta llamada #FotoxRuben.
El 31 de julio pasado, Espinosa fue asesinado junto con cuatro mujeres en un apartamento de Ciudad de México. Los cinco cuerpos estaban atados de pies y manos, con un balazo en la cabeza y algunos con signos de tortura.
“Decidí venir a la subasta para apoyar a mi gremio pero también como una ciudadana harta de la violencia” en México, dijo a la AFP la periodista independiente Natalia Cano.
Tras una reñida puja, la reportera adquirió por 1.500 pesos (91 dólares ) una foto donada por la fotógrafa Andalusia Knoll que retrata una escena de un comedor comunitario indígena.
Dos meses antes de morir, Espinosa se había refugiado en Ciudad de México tras recibir en Veracruz amenazas de muerte, igual que su amiga Nadia Vera, una activista que fue ultimada en el mismo lugar que él.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, con 89 reporteros asesinados y 17 desaparecidos desde el año 2000, según Reporteros Sin Fronteras.
Y Veracruz es el estado mexicano más inseguro para la prensa, con una docena de comunicadores asesinados desde 2010.
Al menos tres personas han sido detenidas por el asesinato de Espinosa, entre ellos un expolicía que había estado condenado por el delito de tortura y otro exconvicto.
Sin embargo, hasta ahora las autoridades no han determinado el móvil de este crimen que impactó al país y a organizaciones internacionales como la ONU.
En la investigación, “en lugar de tener avances hemos tenido retrocesos. Ya ni siquiera hay una línea de investigación definida”, opinó Menéndez.
El crimen de Espinosa provocó la movilización de decenas de periodistas, intelectuales y artistas de todo el mundo, quienes dirigieron dos cartas al presidente Enrique Peña Nieto para exigir justicia y protección a los reporteros.