“Los grupos rebeldes decidieron no participar en Astaná” , afirmó Osama Abu Zeid, explicando sobre todo el boicot por “promesas incumplidas en relación con el cese de las hostilidades” en Siria, donde se decretó un alto el fuego en diciembre a iniciativa de Moscú y Ankara.
“Hemos decidido no participar porque la consolidación del alto el fuego no tuvo lugar” , explicó, por su parte, Ahmad Othman, un comandante de Sultan Murad, un grupo rebelde apoyado por Turquía. “El régimen y las milicias (prorrégimen) siguen bombardeando, desplazando (a civiles) y sitiando” varias localidades sirias, indicó a la AFP.
Las conversaciones de paz en la capital de Kazajistán fueron organizadas por Rusia e Irán, principales aliados del Gobierno de Bashar al Asad, y Turquía, que respalda a los grupos rebeldes.
Astaná ya acogió dos rondas de negociaciones este año, pero los participantes no lograron ningún avance significativo respecto al final del conflicto que causó más de 320.000 muertos en seis años.
Según el ministerio kazajo de Relaciones Exteriores, Rusia será representada el martes y el miércoles por el enviado especial del presidente Vladimir Putin para Siria, Alexandre Lavrentiev, e Irán por el viceministro de Exteriores, Hosein Jaberi Ansari.
El diario sirio Al Watan, cercano al Gobierno, asegura que la delegación del régimen llegará este lunes a Astaná y volverá a estar dirigida por el embajador sirio ante la ONU, Bashar al Jaafari. Según la misma fuente, el representante de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, Estados Unidos y Jordania recibieron una invitación para participar en las conversaciones de paz.
Mistura invitó, por su parte, al Gobierno sirio y a los grupos opositores a una quinta ronda de negociaciones supervisadas por la ONU en Ginebra, el próximo 23 de marzo.