El encuentro, del que no ha trascendido el contenido, se ha producido en la frontera entre las dos Coreas, detalla Yonhap citando fuentes anónimas cercanas al asunto. Esta es la cuarta reunión de ambas delegaciones, que se vieron también las caras en la víspera en idéntica localización.
Estas negociaciones, rodeadas de un secretismo casi total, tienen como objeto fijar una agenda para el encuentro entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, para tratar la posible desnuclearización de Pyongyang.
El modelo para este posible desarme está siendo el principal escollo bilateral, dado que Washington parece querer un desmantelamiento del programa nuclear inmediato y completo.
El régimen en cambio parece querer anteponer las garantías para su supervivencia como condición previa a un proceso de desnuclearización gradual y acompañado de un levantamiento acompasado de las sanciones.
El equipo de EE.UU. está comandado por Sung Kim, que fue delegado de Washington en las conversaciones sobre el programa nuclear de Pyongyang de la década pasada, mientras que al frente de la representación norcoreana está la vicecanciller, Choe Son-hui, también muy experimentada en las negociaciones nucleares con EE.UU.
Pese a lo difícil del proceso, el pasado viernes Sung aseguró en una reunión en Seúl con la canciller surcoreana, Kang Kyung-wha, que las conversaciones van “en la dirección correcta”.
Tras varios vaivenes, e incluso la cancelación de la cita por parte de Trump ante las desavenencias con Pyongyang en torno al modelo de desarme, ambas partes han confirmado esta semana que la histórica cumbre se celebrará finalmente en la fecha inicialmente prevista.
Esta cumbre será la primera en la historia entre líderes de los dos países tras casi 70 años de confrontación iniciados con la Guerra de Corea (1950-1953) y de 25 años de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.