Príncipe sucede al fallecido rey Abdalá en Arabia Saudí

RIAD. El rey Abdalá de Arabia Saudí falleció este viernes y el príncipe Salman, de 79 años, le sucederá en el trono del primer país exportador de petróleo, clave en Oriente Medio.

A la 01:00 del viernes (19:00 del jueves en Paraguay), un presentador anunció en la televisión estatal la muerte del soberano, que reinó oficialmente durante una década, pero manejaba las riendas del poder desde el ataque cerebral sufrido por su medio hermano, el rey Fahd, diez años antes.

Aquejado de una pneumonía, Abdalá, de unos 90 años -se desconoce su fecha de nacimiento exacta- llevaba ingresado desde el 31 de diciembre en Riad, aunque su avanzada edad y las numerosas hospitalizaciones anteriores alimentaban regularmente los rumores sobre el futuro del reino saudí.

Su hermanastro Salman, de 79 años, nombrado príncipe heredero en junio de 2012, le sucederá en el trono, mientras que Muqrin, otro hermanastro de Abdalá, se convierte en el nuevo príncipe heredero, precisó el comunicado de palacio.

Estos últimos tiempos, las apariciones públicas de Abdalá habían ido haciéndose cada vez más escasas y regularmente lo representaba el príncipe heredero, Salman Ben Abdel Aziz, ministro de Defensa desde octubre de 2011, como en la última cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) a principios de diciembre en Catar.

El rey Abdalá era, como los cuatro soberanos que lo precedieron, hijo del rey Abdel Aziz, fundador de la dinastía Al Saud que da nombre al país.

Los precios del petróleo cotizado en Nueva York registraron una fuerte subida tras el anuncio de la muerte de Abdalá.

En los últimos años, Arabia Saudí encabezó los países que lucharon con firmeza por el mantenimiento a su nivel actual de la producción petrolera de los países de la OPEP, aun a riesgo de acelerar la caída de los precios del crudo (-50% desde junio).

En Davos, el economista jefe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) Fatih Birol dijo que no espera un “cambio significativo de la política petrolera” del país.

Abdalá mantuvo la primera potencia petrolera mundial a resguardo de las crisis del mundo árabe, pero también defraudó las expectativas de los reformistas, sobre todo sobre el papel de las mujeres en la sociedad. De hecho, se debatió a menudo entre los liberales y conservadores de la familia real, lo que pudo contribuir a paralizar su acción.

Caracterizado por su espeso bigote y perilla negra, el rey Abdalá ejercía una fuerte influencia en la política regional.

Frente al creciente poder de los movimientos islamistas, Arabia Saudí se convirtió en un importante apoyo de Abdel Fatah Al Sisi, actual presidente egipcio, tras el derrocamiento del islamista Mohamed Mursi. También jugó un papel clave en el apoyo a la oposición del presidente sirio Bashar Al Asad, autorizando el entrenamiento de combatientes rebeldes en su territorio a cargo del ejército estadounidense.

El rey será enterrado este mismo viernes después de las oraciones de la tarde y los saudíes están invitados a rendir pleitesía al nuevo rey y al príncipe heredero en el palacio real, añadió la declaración oficial sobre la desaparición del monarca.

El nuevo rey deberá enfrentarse a numerosos obstáculos, en un contexto de caída del precio del crudo que pesará en los ingresos del reino.

Las reacciones de este aliado de Washington y de los occidentales en la lucha contra los yihadistas de Estado Islámico y Al Qaeda no tardaron en llegar.

El presidente Barack Obama le rindió tributo como un “valioso amigo” y como un líder “sincero” que dio pasos valientes tras el objetivo de lograr la paz en Medio Oriente. El mandatario francés, François Hollande, rindió homenaje a “un estadista cuya acción marcó profundamente la historia de su país” y cuya “visión de una paz justa y estable en Oriente Medio sigue estando más que nunca de actualidad”.

Además, numerosos saudíes dieron su último adiós al monarca en internet, si bien algunos, entre ellos activistas de la libertad de expresión y de los derechos de las mujeres, fueron más críticos que el resto.

Entre los miles de mensajes difundidos en la red social, numerosos citaron un hadiz -dicho del profeta- según el cual morir un viernes (día de rezo en el Islam) significa que la vida del difunto ha acabado bien.

En un país donde los medios oficiales están estrictamente controlados, internet ofrece un espacio de libertad a los saudíes, si bien la red no está exenta de vigilancia, como demuestra el reciente arresto del bloguero Raef Badaoui, condenado a 1.000 latigazos y diez años de prisión por “insultar al islam” .

“Que Dios lo perdone y tenga piedad de él” , retuiteó el bloguero en su cuenta tras la muerte del soberano.

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