En un mensaje dirigido a los venezolanos a través de las redes sociales, desde un lugar que no reveló, Guaidó pidió la noche del domingo salir “con mucha más fuerza” a las calles, a pesar del riesgo que enfrenta.
“Si el régimen intenta secuestrarme, dar un golpe de Estado, ya dejamos los pasos a seguir, primero con la movilización. Si se atreve (...) será uno de los últimos errores que cometa”, dijo el opositor, quien apareció en el video junto a su esposa, con la bandera venezolana en la solapa derecha de su traje.
Reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela, Guaidó, de 35 años, regresa de una gira por Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador, que inició el 22 de febrero en la ciudad colombiana de Cúcuta en el marco del fallido intento de ingreso de la ayuda humanitaria.
Su vuelta a Venezuela pone en un dilema al gobierno: si lo detiene, desataría una fuerte reacción internacional e interna, y si lo deja libre, el costo menor según los analistas, evidenciaría cierta debilidad.
“Guaidó se ha planteado entrar sí o sí. Eso es otra batalla política y ahí va a depender hasta donde sienta Maduro que puede llegar, una cosa es que quiera detenerlo y otra que pueda”, comentó a AFP el politólogo Luis Salamanca. Se desconoce hasta ahora cómo entrará a Venezuela, si lo hará por el aeropuerto internacional Simón Bolívar (que sirve a Caracas) o en secreto como cuando salió, según él, ayudado por militares venezolanos en la frontera con Colombia.
En su periplo por Sudamérica, Guaidó, también jefe del parlamento de mayoría opositora, fue recibido con honores de presidente y se reunió con migrantes venezolanos, que hacen parte del éxodo de unos 2,7 millones que huyeron de la crisis desde 2015, según la ONU. En Venezuela encontrará a un sector de la población ansiosa por un cambio, agotada de pasar trabajos por la falta de medicinas y alimentos, y una hiperinflación que el FMI calculó en 10.000.000% para este año.
Además, Guaidó regresará tras una frustrada operación para hacer entrar toneladas de medicamentos y medicinas, bloqueadas por los militares en medio de disturbios que dejaron siete muertos y cientos de heridos. “Debe ahora buscar una idea alrededor de la cual mantener la esperanza. Un punto al que mirar. Debe dar los pasos que alejan a la comunidad internacional de una acción más radical como intervenir” militarmente, dijo a AFP Félix Seijas, académico y director de la encuestadora Delphos.
Mauricio Marcano, comerciante de 30 años, dice mantener el ánimo y marchará este lunes: “Guaidó lleva esta lucha a gran escala sin un temor personal. Nos llena de valor para ir juntos a vencer esta tiranía”.
“La esperanza ha renacido en Venezuela, mientras mantengamos la unión y la movilización el tiempo juega a nuestro favor”, expresó el líder opositor en su mensaje. Asimismo, reiteró su llamado a la Fuerza Armada, principal sostén de Maduro, “a ponerse del lado de la Constitución”, y precisó que unos 700 efectivos militares y policiales han desconocido al gobierno en los últimos diez días.
Maduro dijo la semana pasada que Guaidó debe “respetar la ley” y que si regresa a Venezuela “tendrá que ver la cara de la justicia”.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Fiscalía General, aliadas del gobierno, abrieron investigaciones contra el jefe parlamentario por “usurpación” de funciones y dictaron, además del impedimento de salida, el congelamiento de sus bienes. El gobierno estadounidense de Donald Trump, que no descarta una opción militar en Venezuela, advirtió que si algo le sucede a Guaidó habría “serias consecuencias”.
“Cualquier medida que pudiese poner en riesgo la libertad, la seguridad o la integridad personal (de Guaidó) representaría una gran escalada de tensiones y merecería la firme condena de la comunidad internacional”, afirmó la representante de la Unión Europea, Federica Mogherini.
Los países del Grupo de Lima (Canadá y 13 países latinoamericanos) también han expresado su preocupación por la seguridad del opositor a su vuelta al país. Guaidó se autoproclamó presidente interino el 23 de enero luego de que el Congreso declarara a Maduro “usurpador” por asumir el 10 de enero un segundo mandato que la oposición, como gran parte de la comunidad internacional, considera ilegítimo y originado en una reelección “fraudulenta”.