Esto es según un comunicado publicado en el blog de la Presidencia. “Según Dilma, Obama asumió responsabilidad directa y personal por la investigación de las denuncias de espionaje”, precisó el comunicado.
Las declaraciones de Rousseff fueron dadas en una conferencia de prensa tras el fin de la cumbre del G20 en San Petersburgo.
El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, se reunirá el miércoles próximo con la consejera de Seguridad Nacional estadounidense, Susan Rice, para dialogar sobre el asunto, informó la Presidencia.
El encuentro tendrá lugar en Estados Unidos, probablemente en Nueva York, informó a la AFP un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores. Rousseff también indicó que propondrá una nueva gobernanza contra la invasión de privacidad durante la Asamblea General de la ONU el 24 de setiembre en Nueva York, según la Presidencia.
Obama y Rousseff se reunieron en la noche del jueves al margen de la cumbre del G20 para dialogar sobre las denuncias de que las comunicaciones de la presidente brasileña, de varios de sus asesores y de millones de ciudadanos brasileños han sido espiados por Estados Unidos, lo que ha tensado las relaciones bilaterales.
A falta de respuesta a las denuncias de espionaje, Rousseff decidió el jueves aplazar el viaje que una comitiva debía hacer este sábado a Washington para preparar su visita de Estado fijada hace meses para el 23 de octubre.
“Mi viaje a Washington depende de las condiciones políticas que sean creadas por el presidente Obama”, dijo Rousseff a periodistas, según el sitio web G1. “Quiero saber todo lo que hay sobre Brasil, todo lo que se hace con Brasil”, señaló la mandataria, según el portal del diario O Estado de Sao Paulo.
Brasil ha calificado el presunto espionaje estadounidense de “inadmisible e inaceptable” y ha pedido a Washington una explicación formal y por escrito.
El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), padrino político de Rousseff, clasificó como graves las denuncias de espionaje y afirmó que Obama debe pedir disculpas.
“La respuesta estadounidense no puede ser vía diplomacia, porque el espionaje no fue vía diplomacia. Corresponde a Obama, humildemente, pedir disculpas a la presidenta Dilma y a Brasil”, dijo Lula el jueves, tras un almuerzo en Sao Paulo con diputados de su Partido de los Trabajadores (PT, en el poder), según O Estado de Sao Paulo.
Las denuncias de espionaje contra Rousseff y también contra el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, fueron divulgadas por el canal brasileño Globo, que se basó en documentos filtrados por el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden, acusado de espionaje por su país y asilado en Rusia.
Peña Nieto afirmó el jueves en San Petersburgo que se comunicó telefónicamente con Obama y que éste se comprometió a investigar si Estados Unidos le interceptó comunicaciones electrónicas cuando era candidato a las elecciones presidenciales de 2012, en declaraciones a una televisora rusa.
Según las denuncias realizadas a partir de documentos filtrados por Snowden al periodista Glenn Greenwald, columnista del diario británico The Guardian basado en Río de Janeiro, una base de espionaje de la NSA funcionó en Brasilia al menos hasta 2002, y también fueron espiados otros países de la región, entre ellos México, Venezuela, Argentina, Colombia y Ecuador.