“Más de 50 camiones se dirigen en dirección a Donetsk y más de 80 a Lugansk”, dijo un portavoz de esa cartera citado por la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.
Esas dos ciudades, capitales de las regiones homónimas, son las principales plazas fuertes de los secesionistas prorrusos en el este de Ucrania.
El convoy de hoy es el noveno que envía Rusia a las zonas controladas por los prorrusos desde el 11 de agosto pasado. Mientras, la jefatura de las milicias separatistas destacó hoy que la tregua declarada el martes pasado está siendo respetada.
“La situación es tranquila. En las últimas veinticuatro horas no se ha producido ningún incidente. Tampoco hay víctimas que lamentar”, dijo a RIA Nóvosti Eduard Basurin, jefe adjunto de las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk.
Por su parte, el mando militar ucraniano aseguró hoy que los prorrusos dispararon en seis ocasiones contra las posiciones de la fuerzas gubernamentales, sin causar bajas entre los efectivos. Sin embargo, en el parte publicado en Facebook el mando ucraniano subraya que la tregua se cumplió durante el día y que en los ataques, que se produjeron anoche, los separatistas emplearon sólo armas ligeras.
El actual cese de las hostilidades es indefinido, aunque está a expensas de la reanudación de las consultas en Minsk entre Kiev y los separatistas con mediación de Rusia y de la OSCE para el arreglo del conflicto, que se ha cobrado ya más de 4.300 muertos y ha causado el éxodo de cientos de miles de refugiados.
La actual tregua es la segunda en la zona rebelde desde el estallido del conflicto separatista el pasado abril, después de la acordada el 5 de septiembre en la capital de Bielorrusia, que nunca puso fin a las hostilidades. De hecho, según el mando militar ucraniano, más de 400 soldados y voluntarios ucranianos han muerto desde entonces en las regiones de Donetsk y Lugansk.