“Cada día, nuestros equipos en el terreno ven personas que buscan desesperadamente seguridad cerca de las fronteras y en zonas de guerra de las que no pueden huir”, declaró en un comunicado el director ejecutivo de la sección estadounidense de MSF, Jason Cone.
Trump firmó el viernes una orden ejecutiva que suspende el programa de acogida de refugiados durante 120 días, con el fin de revisar el procedimiento que se aplica y evitar la entrada de potenciales terroristas.
La misma medida prohíbe la entrada de cualquier refugiado sirio por un plazo indefinido.
Para MSF -organización que trabaja en 70 países en situación de conflicto, epidemia o desastre- dijo que negar a los refugiados la entrada en Estados Unidos “es un ataque a la noción más básica de que se debe permitir a la gente huir para salvar sus vidas”.
La organización recordó que los refugiados que consiguen ser admitidos en Estados Unidos son objeto de una rigurosa investigación antes de ser aceptados o rechazados.
La Agencia de la ONU para los Refugiados realiza un primer proceso de verificación y presenta a los países con programas de reasentamiento para refugiados a aquellos que cumplen todos los criterios, que incluye el estar en una situación de extrema vulnerabilidad.
En una segunda etapa, que puede tomar hasta dos años, las autoridades estadounidenses realizan una profunda investigación, en la que participan ocho agencias federales y se utilizan seis bases de datos sobre seguridad y cinco sobre antecedentes.
Los candidatos son sometidos a cuatro distintos controles biométricos, a tres entrevistas y a dos procesos de verificación en el que las agencias de seguridad cruzan entre ellas informaciones sobre el solicitante.
“Los refugiados son madres, padres y niños que sólo quieren lo que todos queremos, un lugar seguro para vivir, estar libres de la guerra y de la persecución”, señaló Cone.
Recordó que una persona es refugiada por una situación que escapa a su voluntad y pidió al Gobierno de Estados Unidos que levante la prohibición y reanude el programa de reasentamiento de refugiados.
“Cada día el personal de MSF que trabaja en el frente de batalla de la crisis mundial de refugiados es testigo del sufrimiento extremo que enfrentan los refugiados y desplazados internos, en zonas de conflicto, desde Siria a Irak, Afganistán, Yemen, Sudán del sur o la República Democrática del Congo”, comentó el responsable en MSF.
En todos esos lugares se registran ataques a la población y a las infraestructuras civiles, incluyendo hospitales, así como obstáculos a la ayuda y a la huida.