Vestidos con los colores del arcoíris, los manifestantes desfilaron por la calles de Sídney y de Brisbane dos días antes del envío del material de voto a los 15 millones de electores australianos llamados a pronunciarse sobre esta cuestión.
En estos últimos años, un gran número de australianos se han manifestado favorables al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero un dilema político impidió su legalización: los diputados no consiguieron ponerse de acuerdo sobre la manera de instrumentar la medida.
El gobierno conservador decidió organizar una consulta por correo para intentar solucionar la cuestión antes de finales de año.
Al principio, intentó organizar un plebiscito, una especie de referéndum propuesto desde los órganos de gobierno, pero la iniciativa fracasó dos veces en el Senado.
“Si una mayoría vota por el sí, nos aseguraremos que un proyecto de ley sea presentado en el Parlamento para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo”, declaró el domingo el primer ministro, Malcolm Turnbull, ante los miembros de la coalición en el poder, favorables al sí.
“Esperamos que esto podrá realizarse antes de finales de año, no tendrá problemas para pasar en el Parlamento”, agregó.
La victoria del “sí” no parece sin embargo tan segura.
Según un sondeo encargado por una organización de defensa de los derechos homosexuales, publicado el sábado por el grupo Fairfax Media, el bando de los que están a favor retrocede.
En esta encuesta, realizada entre finales de agosto y principios de septiembre, 58,4% de los interrogados afirman ser favorables al sí, lo que supone una caída de seis puntos en apenas dos semanas. El campo del “no” gana en cambio dos puntos, hasta 31,4%, y los que “no saben” también aumentan en tres puntos, a 10,2%.
El sondeo también indica que el número de respuestas podría ser muy bajo. La votación por correo terminará el 7 de noviembre y el resultado se publicará antes de fin de mes.