Así lo señala la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC).
“Últimamente se ha venido prestando especial atención a las amenazas planteadas por la metanfetamina y las nuevas sustancias psicoactivas (NSP). Sin embargo, como muestra el informe, tanto la fabricación de cocaína como la de opioides van en aumento”, señala Yuri Fedotov, director de esta organización con sede en Viena, que este jueves publicó su informe anual.
Estas drogas tradicionales “siguen siendo preocupantes y la crisis de los opiáceos no da realmente muestras de calmarse”, agregó.
“El cultivo del arbusto de coca, tras una prolongada declinación, aumentó el 30% durante el período comprendido entre 2013 y 2015, principalmente de resultas del aumento registrado en Colombia” , primer productor mundial, señala el informe.
Así, en 2015 el volumen de fabricación mundial de clorhidrato de cocaína puro ascendió a 1.125 toneladas, es decir un aumento global de 25% respecto de 2013.
El informe recoge la decisión de las FARC en 2016 de cesar su participación en este negocio tras alcanzar un acuerdo de paz con el gobierno de Colombia, estimando en 1.000 millones de dólares los ingresos anuales obtenidos de las drogas hasta entonces por esa guerrilla.
En cuanto al opio, en 2016 la producción mundial aumentó en un tercio respecto al año anterior debido a un mayor rendimiento en Afganistán favorecido por mejores condiciones meteorológicas. Sin embargo, su producción mundial, con 6.380 toneladas en total, es un 20% inferior al máximo alcanzado en 2014 y cercana al valor medio de los cinco años precedentes.
La ONUDC señala como particularmente preocupante la situación en Estados Unidos: un 25% de muertes por drogas en el mundo tienen lugar en ese país, mayoritariamente por opiáceos. Las sobredosis se triplicaron allí entre 1999 y 2015, pasando de 16.849 a 52.404.
El informe recoge asimismo la decisión del gobierno de Uruguay de reglamentar a partir de 2013 el cultivo, producción, venta y consumo de cannabis para uso recreativo y medicinal. Sin embargo, señala que las repercusiones de esta medida “solo se sabrán una vez que hayan sido aplicadas plenamente, y habrá que seguir de cerca todo lo que ocurra con el tiempo”.