Sentado en un hangar del portaviones Charles de Gaulle, el presidente de la República francesa reconoció el miércoles por la noche que su ejecutivo no ha dado la suficiente “consideración” a los franceses desde el inicio de su mandato, en mayo de 2017.
“No he conseguido reconciliar al pueblo francés con sus dirigentes” dijo Macron durante una entrevista con la televisión privada TF1, tres días antes de una movilización en toda Francia de los llamados “chalecos amarillos”.
Este movimiento, cuyo nombre se refiere al chaleco de emergencia fluorescente que deben tener los automovilistas, surgió de la sociedad civil y en principio es apolítico.
El sábado, los “chalecos amarillos” convocaron una manifestación en todo el país para cortar carreteras y autopistas y protestar contra los nuevos impuestos, en particular contra la subida de los precios de la gasolina y el diésel. “Nuestros ciudadanos quieren tres cosas”, dijo Macron en la entrevista.
“Que se los considere, que se los proteja y que se les aporte soluciones. No declaraciones: soluciones. Y no hemos aportado la suficiente consideración” insistió el presidente, acusado a menudo de arrogancia y altivez por la oposición, y de estar alejado de las preocupaciones de la gente.
“El presidente siempre cerró los ojos, convencido de tener razón (...) Hoy, los abre al fin”, comentaba este jueves Laurent Bodin, en un artículo en el diario regional L’Alsace. El presidente “se libra, lo cual es raro en él, a un ’mea culpa’” subraya por su parte el diario Le Parisien. Macron hizo la semana pasada un recorrido por Francia para conmemorar el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial (1914-18) que le llevó a zonas pobres y desindustrializadas del norte y el este del país. Fue ahí donde, según él, se enfrentó directamente a la “cólera” y la “impaciencia” de muchos franceses.
En octubre, Macron había sido interpelado en la calle por jubilados que se quejaban de sus pensiones. Citando al general De Gaulle, Macron les respondió: “Ustedes pueden hablar libremente, lo único que no tienen derecho a hacer es quejarse. El país iría mucho mejor sin” esas quejas, les dijo. El presidente francés también fue muy criticado cuando dijo a un joven desempleado que le bastaba con “cruzar la calle” para encontrar trabajo.
“Esta reconciliación entre la base y la cúspide es algo que considero no haber conseguido y por ello será ahora el centro de lo que me espera como labor en los próximos meses”, dijo Macron el miércoles. No obstante, al margen de cambios en el método o en la forma de su presidencia, Macron reafirmó que mantendrá sin cambios el “rumbo” de su política para “transformar profundamente al país”, lo que llevará “no un año, sino todo el quinquenio” de su presidencia (2017-2022).