El alcalde recibió el pasado lunes al nuevo embajador de Paraguay en Marruecos, Óscar Benítez, y le esperaba con la bandera de Uruguay presidiendo la reunión.
La equivocación del alcalde islamista de la ciudad habría pasado desapercibida, si no hubiera sido porque un portal local de noticias recogió el incidente, ampliamente reproducido después por todos los medios nacionales.
“El alcalde confunde Uruguay con Paraguay y causa una crisis diplomática”, titulaba el medio local, el cual añadía que también la página web del ayuntamiento había equivocado los nombres y había calificado erróneamente al ilustre visitante como “embajador de Uruguay”.
Uruguay ni siquiera tiene embajada en Marruecos, por ser un país abiertamente alineado con el Frente Polisario en la disputa por el Sáhara Occidental, mientras que Paraguay abrió su embajada en Rabat precisamente por haber roto sus vínculos con el Polisario y congelar su reconocimiento a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
El error se habría quedado en mera anécdota si no fuera porque el alcalde de Tánger es islamista, del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), una formación política a la que la mayoría de medios de comunicación no perdonan ni el más mínimo resbalón.