Los laicos “nos hemos cansado de ser ignorados y excluidos del diálogo político y de la sociedad en general” y están “muy preocupados de ver la dirección en la que va Estados Unidos”, declaró a periodistas David Niose, vicepresidente de la Coalición Laica para Estados Unidos (SCA), que reagrupa a 11 organizaciones ateas.
“Hace 30 años, lanzar una campaña presidencial con una oración en un estadio de fútbol era inimaginable”, dijo, evocando el primer mitin de campaña de Barack Obama.
“Eso habría sido insólito incluso para el Partido republicano”, agregó Niose, además presidente de la Asociación Humanista de Estados Unidos, quien estima que nunca la religión había estado tan presente en el terreno político.
El movimiento laico ha puesto en marcha una campaña para organizar a los “no-religiosos” en la casi totalidad de los 50 estados del país para que ejerzan presión sobre los legisladores locales y nacionales, así como sesiones de formación para los ciudadanos con el fin de que hagan valer sus derechos.
Según la SCA, que cita diversos estudios y sondeos, las personas que se declaran ateas, sin religión o que se rehúsan identificarse con una religión en particular serían entre 20% y 30% de la población estadounidense en 2012, lo que representa un alza de al menos 38% desde 1990.