Kim aseguró que Corea del Norte debe “hacer pagar a EE.UU. por el derramamiento de sangre de los coreanos y ajustar cuentas cuanto antes con la fuerza de las armas”, según un artículo publicado hoy por la KCNA.
El joven dictador pronunció estas palabras durante su visita al Museo de Sinchon de Atrocidades de EE.UU en la Guerra de Corea, ubicado en pleno centro de Pyongyang.
La visita de Kim al museo se produjo con motivo de la proximidad del aniversario del tratado de paz del 27 de julio de 1953 que puso fin a la Guerra de Corea y confirmó la división de la península coreana después de tres años de hostilidades.
Kim Jong-un “dijo que el museo sirve como un centro para la educación de las diferentes clases y una fuente del deseo de venganza contra el enemigo, así como un lugar histórico donde se exponen las monstruosas atrocidades de los imperialistas estadounidenses”, según la KCNA.
El Museo de Sinchon, erigido en 1960 y cuyas instalaciones fueron ampliadas y modernizadas el año pasado, alberga material sobre los crímenes que Corea del Norte atribuye a EE.UU. en el conflicto de hace seis décadas, entre ellos la matanza de 35.000 norcoreanos en la localidad de Sinchon.
El museo es una parada obligada en Pyongyang para los turistas extranjeros, donde pueden observar diversas reliquias de guerra como aviones y tanques estadounidenses y el famoso USS Pueblo, un barco del norteamericano apresado por Corea del Norte en 1968.
La Guerra de Corea, que enfrentó al Norte comunista -apoyado por China y la entonces URSS- y el Sur capitalista -asistido por EEUU y fuerzas de la ONU-, finalizó en tablas, aunque Pyongyang se atribuye la victoria y celebra cada año el aniversario del armisticio.
Este conflicto, el primero de la Guerra Fría y uno de los más sangrientos de la historia, arrasó ciudades enteras de la península coreana y costó la vida a unos 2,5 millones de personas, según estimaciones.