Las obras, cuyo inicio estaba previsto para comienzos de agosto, fueron pospuestas por Tokio para llevar a cabo “consultas intensivas” con las autoridades locales durante el plazo de un mes, con el fin de encontrar una solución satisfactoria para las dos partes.
Pero las conversaciones, que incluyeron una reunión entre el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el gobernador de la prefectura de Okinawa, Takeshi Onaga, han concluido sin que ambos Ejecutivos consiguieran acercar posturas sobre el traslado de la base de Futenma.
Así, el Ejecutivo central decidió reiniciar hoy sus obras en colaboración con EEUU en la bahía de Henoko, al norte de la isla de Okinawa, donde varios centenares de residentes realizaron una concentración en protesta contra las nuevas instalaciones militares, según informó la cadena estatal NHK.
El Gobierno defiende la necesidad de trasladar las instalaciones a esta bahía en la localidad de Nago -una zona menos poblada que donde se encuentra actualmente la base de Futenma- con el fin de reducir su impacto sobre la población local.
Por su parte, el gobernador de Okinawa anunció hoy que el lunes aprobará un mandato para retirar el permiso de construcción de la nueva base, según recoge la agencia nipona Kyodo.
El Gobierno local rechaza frontalmente el traslado con el argumento de que supone una amenaza para el medio ambiente de la zona y una pesada carga para la población local, y a largo plazo aspira a acabar con la presencia militar estadounidense en esta región meridional nipona.
Desde que en marzo comenzaron las obras preparatorias para levantar la nueva base aérea, se ha intensificado el enfrentamiento entre Tokio y Okinawa, así como las protestas en las zonas afectadas.
La actual Futenma, de 480 hectáreas, se ubica en el mismo centro urbano de la localidad de Ginowan (94.000 habitantes), rodeada de viviendas y edificios públicos, lo que durante años ha generado protestas de sus ciudadanos por el ruido y por la posibilidad de que se produzcan accidentes.
Okinawa alberga a más de la mitad de los cerca de 47.000 efectivos que EEUU mantiene en Japón, así como al 74 por ciento de las instalaciones militares estadounidenses en el país asiático.
Una quinta parte del suelo de la isla principal de este archipiélago es terreno militar estadounidense.