Incendio de Notre Dame da pasto a complotistas

PARÍS. ¿Un atentado? ¿Una distracción? Las teorías del complot y las interpretaciones variopintas se multiplican desde el lunes para explicar el incendio que destruyó parte de la catedral de Notre Dame de París.

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Todavía no se habían sofocado las llamas, que autoproclamados especialistas de arquitectura medieval y los buscadores de coincidencias ya habían lanzado una caza de culpables, pese a que la investigación se anticipa larga y difícil y que los primeros elementos apuntan a que se trata de un accidente.

Entre ironía y sospecha, muchos internautas franceses subrayaron que el incendio había provocado el aplazamiento de un muy esperado discurso del presidente Emmanuel Macron sobre la crisis social de los “chalecos amarillos”. 

Un periodista del reputado semanario Time Magazine tuiteó que un “amigo jesuita” le había señalado que empleados de la catedral le habían afirmado que el fuego era de origen criminal. Antes de suprimir el tuit y utilizar la fórmula “se dice que”.

Un reportero de la cadena estadounidense Fox News cortó secamente a un concejal francés que empezó a barajar la hipótesis de un atentado. “Lo políticamente correcto le hará creer que es un accidente”, empezó a decir el concejal cuando Shepard Smith le interrumpió: “No vamos a empezar a especular”.

“Las teorías conspiracionistas no tienen ningún interés y son a menudo contraproducentes”, prosiguió el periodista. En Estados Unidos y Corea del Sur, YouTube difundió por error imágenes de la catedral en llamas con una banda informativa que citaba los atentados del 11 de septiembre.

Varios internautas, expertos autoproclamados en análisis de imágenes, creyeron ver una persona vestida con un “chaleco amarillo” muy cerca de las llamas, pero se trataba de un bombero. Otros aseguraron ver sobre el tejado a una persona contemplando el fuego... solo que era una estatua.

Publicaciones compartidas más de 15.000 veces en las redes sociales afirmaron inmediatamente que los tres grandes rosetones de Notre Dame habían explotado con el incendio. Falso, respondió el portavoz de Notre Dame el martes. Varias personalidades de la oposición también jugaron con la ambigüedad en los medios y las redes sociales para pasar un mensaje político en medio del drama.

“¿Cómo no ver un vínculo entre el incendio de esta obra maestra del patrimonio religioso francés y el presidente de la República francesa?”, tuiteó Christine Boutin, presidenta de honor del Partido cristiano-democráta. Antes de suprimir su tuit.

El presidente del partido soberanista Debout la France, Nicolas Dupont-Aignan, pidió en una cadena de televisión “saber si era un accidente o un atentado”, una fórmula retomada por el diputado de Unión de Demócratas e Independientes, Meyer Habib.

“Uno no puede pretender ser un responsable político cuando se une al complotismo”, dijo el ministro del Interior, Christophe Castaner. Varias personalidades aprovecharon también para denunciar la violencia contra los cristianos en Francia, tras el incendio criminal que dañó la entrada de la iglesia de San Sulpicio en París en marzo y la profanación de varias iglesias francesas en febrero.

El incendio también suscitó interpretaciones político-religiosas mucho más precisas: dos tabloides serbios lo calificaron de “castigo divino” provocado por la presentación de la bandera de Kosovo durante una ceremonia el año pasado, antes de retirar sus artículos.

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