“Queremos proponer al pueblo de Dios un gesto que acompañe esta preocupación. Para ello convocamos a todos los que comparten nuestra fe y a los hombres y mujeres de buena voluntad, a una jornada de ayuno y oración”, dijo la Conferencia Episcopal Argentina en un comunicado.
El objetivo, explicaron los obispos de Argentina, es pedir a Dios que “mueva y sostenga los corazones y las voluntades de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de los recursos de la Ley, para frenar la perversa y devastadora fuerza de las drogas”.
“Rogaremos también por la construcción de ‘una cultura del encuentro y la solidaridad, como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna', y por la conversión de los narcotraficantes”, indicaron los prelados.
Como parte de la convocatoria, este sábado en todas las misas celebradas en el país se orará especialmente por esta intención, “recordando especialmente a los enfermos, a sus familiares y a los fallecidos por causa de este flagelo”.
“La oración es una expresión de confianza dirigida a nuestro Padre Dios que siempre quiere lo mejor para sus hijos, y conoce muy bien lo que padecemos y sufrimos cuando un niño, un joven o un adulto pierden la libertad, la salud y hasta la propia vida por causa de las drogas”, sostuvieron los obispos.
El pasado 8 de noviembre, los prelados difundieron un duro documento de advertencia sobre el “drama del narcotráfico y la droga” en el que afirmaron que si los dirigentes políticos no toman medidas al respecto, “costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar las mafias”.
Para la Conferencia Episcopal Argentina, el país suramericano está a punto de entrar en una situación de “difícil retorno” y pidió actuar con inmediatez ante el crecimiento del narcotráfico, un fenómeno que, afirmó, la sociedad “vive con dolor y preocupación”.
“Es alarmante la expansión de las llamadas drogas sintéticas, que se distribuyen en diversos espacios festivos, y nos duelen las conductas autodestructivas en adolescentes o jóvenes que consumen diversas sustancias” , advirtieron los prelados.
Tras la difusión de este documento, la presidenta argentina, Cristina Fernández, designó al sacerdote católico Juan Carlos Molina al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) , cargo que estaba vacante desde hace meses.