En rueda de prensa, el jefe de la Policía de Lafayette, Jim Craft, explicó que el hombre residía en un motel de la localidad desde mediados de julio y que antes había vivido en el estado de Alabama.
Houser, de raza blanca, se suicidó tras matar a tiros a dos mujeres en el cine Grand Theatre de Lafayette, un municipio de unos 120.000 habitantes de Luisiana, alrededor de las 19:20 hora local (23:20 GMT) mientras se proyectaba la película Trainwreck, que había empezado a las 19.00 horas.
Según el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, Houser tenía la intención de llevar a cabo el atentado y escapar, ya que aparcó el coche cerca de la salida para asegurarse la huida, pero acabó quitándose la vida al ver a las fuerzas del orden. El tiroteo se da después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, reiterase en entrevista con la BBC británica que la mayor frustración de su Presidencia es no haber conseguido que se aprobasen leyes para mejorar el control de armas y dificultar estas matanzas.
Los tiroteos con varias víctimas y en lugares públicos ocurren en Estados Unidos cada dos semanas como media, normalmente llevados a cabo por personas con problemas mentales que no tienen dificultades para conseguir armas, según un informe del diario USA Today.